LONDRES/BENGALURU, Reuters.- La desaceleración económica global tiene un claro riesgo de extenderse hacia el próximo año, junto con período aún más prolongado de desinflación, según una abrumadora mayoría de casi 300 economistas encuestados por Reuters en el mundo.
Esa amenaza real, destacada por analistas que en general han sido muy optimistas sobre las perspectivas de recuperación desde la crisis financiera global, se produce pese a la ultra expansiva política monetaria de la mayoría de los bancos centrales en los últimos cinco años.
Tras la decisión de la Reserva Federal el mes pasado de no subir las tasas de interés, citando temores sobre la economía mundial, y particularmente China, una histórica era de política monetaria laxa durará incluso más tiempo.
El sondeo también sugiere que las economías que han repuntado este año, en particular Estados Unidos, la zona euro y Gran Bretaña, están cada vez más expuestas a una debilidad de la demando mundial y podrían no ser capaces de mantener su impulso.
“Es preocupante, para las regiones que han mostrado la mayor resiliencia, Estados Unidos y Europa, el panorama parece oscurecerse”, escribió Christian Keller, jefe de investigación de economistas de Barclays.
Aunque aún se pronostica que para la mayoría de las economías el 2016 será mejor que este año, los economistas han reducido sus estimaciones a medida que el año avanza, como lo ha hecho también el Fondo Monetario Internacional.
Pero esta vez, las rebajas se acumulan de una manera más notoria que en los últimos años. Los pronósticos son menores y los economistas han reducido sus perspectivas de inflación en la mayoría de los países, lo que sugiere que la agresiva política monetaria no ha hecho mucho efecto en impulsar los precios.
El comercio mundial también ha sido golpeado con fuerza este año y eso también ha ensombrecido el panorama económico. Se estima que el crecimiento global será del 3.1 por ciento este año, y de un 3.4 por ciento el próximo.
Pero eso se basa en expectativas de una laxa política monetaria en todas partes, sin mayores correcciones en los mercados financieros tras años de bajos rendimientos de bonos soberanos y un alza de las acciones.
La real preocupación en el corto plazo se centra en los mercados emergentes, que apoyaron la expansión en los últimos años. Préstamos sin precedentes en China para impulsar el desarrollo de infraestructura apoyaron el crecimiento de la segunda mayor economía mundial en medio de la crisis financiera.
Pero ahora eso terminó y el banco central ha realizado una serie de recortes de tasas de interés para suavizar el golpe de tratar de reequilibrar la economía del país. Otras economías emergentes lo harían incluso peor. Brasil cayó en recesión en medio de las alzas de tasas del Banco Central para contener la inflación, con muy poco éxito. “Por casi 10 años, las economías de América Latina podían sentarse y disfrutar del viaje”, dijo Marcelo Carvalho, jefe economista de investigación para América Latina de BNP Paribas.
“Esos años terminaron”, agregó.
La economía estadounidense, que se estancó a inicios de este año, parece sólida. Pero no se espera que se acelere notoriamente o genere mucha inflación, pese al bajo desempleo. Gran Bretaña está en la misma situación y la zona euro tiene la titánica tarea de abordar el crónico alto desempleo y la baja inflación.