Si bien Perú subió un par de posiciones en el Índice de Progreso Social Mundial 2017, el apartado de Agua y saneamiento continúa como nuestro talón de Aquiles, pues estamos al nivel de los países menos desarrollados del mundo.
“En el indicador de ‘Acceso rural a Fuentes de agua mejoradas’ estamos al nivel de los países del África Subsahariana”, reveló Luis Del Carpio, director de Centrum Futuro.
Específicamente, nos ubicamos en el puesto 100 de 128 en esta subdimensión, pues solo el 69.25% de áreas rurales cuentan con acceso al agua.
De más está decir que Perú se encuentra en el último lugar del continente en este rubro. Chile, por ejemplo, tiene una cobertura de 93%.
Para Del Carpio, solucionar este aspecto es vital para poder consolidar un crecimiento sostenible en el Perú.
Cuestiones y soluciones
Con las inversiones estancadas por el panorama político y la desaceleración económica que atraviesa el país, es complicado pensar en soluciones para democratizar el agua.
La propuesta de César Álvarez, economista e investigador de Centrum Católica, sugiere una inversión privada no tradicional, que involucre a las comunidades asociadas de cada localidad.
“Debemos aprovechar una forma de recuperación ancestral: la cosecha de agua. Es decir, represas pequeñas construidas por las comunidades”, explicó a Gestion.pe.
Añadió que el tema se complica porque existe un problema cultural. “Todo el mundo piensa que el agua no tiene precio, que es gratis. El agua tiene un valor”, apuntó el experto.
Álvarez considera que se necesita una propuesta integral de desarrollo rural, que integre tanto los servicios como el transporte del agro, y es el gobierno quien debería desarrollarla.
“Dentro de la propuesta se puede plantear una empresa, pero no puede ser parcial”, finalizó.