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Banco Mundial - Oportunidades de Desarrollo

El sector privado y los desafíos de la infraestructura

Entrevista a Miguel Toledo, Responsable Regional para Infraestructura de IFC.

La inversión privada en proyectos de infraestructura en sectores claves como el transporte, energía y agua y saneamiento están en alza en el Perú, lo que evidencia un buen trabajo de promoción y de generación de un entornos adecuado. No obstante, aún se puede hacer más para acelerar y simplificar la puesta en marcha de los proyectos.

¿Cuál es el papel que IFC puede jugar en impulsar el desarrollo del sector de la infraestructura en el Perú?
El objetivo primordial de IFC es impulsar la participación del sector privado en el desarrollo sostenible de los proyectos de infraestructura que son cruciales para mejorar la competitividad de economías emergentes. El Perú, como el resto de América Latina, enfrenta un enorme desafío para sacar adelante todos los proyectos de infraestructura que el país necesita y que la población exige. Los recursos del estado no son suficientes para financiar estos proyectos. IFC, como una entidad del Grupo Banco Mundial enfocada en el sector privado, puede invertir en estos proyectos de infraestructura, pero nuestro papel va mucho más allá del financiamiento, que al final del día solo es una pequeña parte de todos los recursos que estos grandes proyectos requieren. Lo que hemos demostrado en ya cinco décadas de experiencia trabajando en el sector de la infraestructura alrededor del mundo es que podemos servir como un motor para que los actores del sector privado entren a invertir en estos proyectos de infraestructura. Por ejemplo, la presencia de IFC en estos proyectos da un sello de aprobación que incentiva a inversionistas y financiadores ya que nuestra presencia les da mayor seguridad a tomar estos riesgos en proyectos de infraestructura.

El Perú fue una de las economías emergentes que recibió la mayor cantidad de inversión privada para el sector de infraestructura en el 2014. ¿A qué se debe este resultado y se podrá mantener esta tendencia en los próximos años?
De acuerdo a datos del Banco Mundial, el Perú recibió US$8,100 millones para proyectos de infraestructura que tienen participación privada en el 2014, lo cual representa un aumento importante frente al 2013. Esa cifra es una prueba de que el país ha venido haciendo bien la labor para atraer la inversión privada en infraestructura. El país, por ejemplo, ha logrado desarrollar estructuras para el financiamiento de estos proyectos en los cuales se reduce fuertemente el riesgo para los inversionistas privados. Esto ha atraído financiadores que usualmente no están presentes en el sector de la infraestructura. Para este tipo de inversionistas institucionales, como fondos de pensiones, en muchos países es difícil invertir en proyectos de infraestructura dado que el riesgo es muy distinto a invertir en un bono soberano, por ejemplo. En el Perú se ha logrado superar ese reto. El éxito del Perú para atraer la inversión también se debe a que el país es reconocido por su récord de estabilidad jurídica y de reglas del juego claras para los inversionistas. Muchos países de la región, como Colombia, ven en el Perú un ejemplo a seguir para atraer más inversión privada para el sector de la infraestructura. A pesar de esto, las necesidades de financiamiento son tan grandes que el sector privado tiene que jugar un papel crucial para abordar los desafíos de infraestructura del país también en los próximos años.

¿Qué debe hacer el gobierno del Perú para asegurarse de que el sector privado siga invirtiendo en el sector de la infraestructura?
Nosotros consideramos que el Perú seguirá siendo uno de los países más atractivos de la región para la inversión privada en infraestructura. Vemos que existen instituciones del estado muy eficientes, como ProInversión, que es una institución que juega un papel importante en sacar proyectos al mercado y estructurarlos de una manera que logran atraer inversionistas. El Perú, sin embargo, también puede tomar algunas medidas para agilizar los procesos que los proyectos de infraestructura deben seguir para ser aprobados y entrar en marcha. Es claro que hay un margen para mejorar los procesos y requisitos para que sean más rápidos y eficientes y que estos proyectos que el país tanto necesita puedan comenzar a andar más rápido. Es algo que vemos no solo en El Perú, pero en toda la región.

¿Cuáles son las áreas de infraestructura donde ven las mayores necesidades de inversión en el Perú?
El país sigue con unas necesidades inmensas de infraestructura en áreas que
incluyen el transporte urbano, saneamiento, infraestructura urbana, agua potable y energía, solo por mencionar algunos ejemplos. La cobertura de agua potable sigue siendo muy deficiente y vemos algunos casos de ciudades intermedias donde
hasta el 40% de la población no tiene acceso a agua potable y desagüe. Esto representa un enorme reto y hay iniciativas privadas para abordar estas necesidades pero es clave que las autoridades políticas impulsen estas iniciativas. En IFC sabemos que los proyectos que el gobierno busca impulsar son ambiciosos y sabemos que mientras más ambiciosos son los proyectos, más difícil es obtener todo el financiamiento necesario. Nuestro objetivo es participar en esos proyectos donde podamos agregar valor, donde vemos que hay un desafío para obtener financiamiento y que nuestra participación pueda aportar mecanismos que el mercado no puede dar y ayudar a jalonar otros inversionistas a que participen en estos proyectos.


DATOS

  • IFC proporcionó un financiamiento de alrededor de US$70 millones para la hidroeléctrica Cheves y adicionalmente movilizó alrededor de US$180 millones de bancos comerciales internacionales para la construcción de la central hidroeléctrica.
  • El consorcio que opera el aeropuerto de Lima cuenta con una participación accionarial de IFC con el objetivo de apoyar la eficiencia y calidad de la infraestructura aeroportuaria en Lima.
  • US$69.1 mil millones en compromisos de inversión privada para proyectos de infraestructura consiguió América Latina en el 2014. El 55% de ese monto corresponde Brasil, el Perú y Colombia.