Martes, 14 de julio del 2015
Banco Mundial - Oportunidades de Desarrollo
"Hoy hablamos de crecimiento"
Alberto Rodríguez, director del Banco Mundial para Países Andinos, enfatiza que los debates económicos se centran en retos de mediano plazo.
Para el director del Banco Mundial para Perú, Chile, Bolivia, Ecuador y Venezuela enfatiza que gracias al avance en el manejo macroeconómico en la mayoría de los países andinos, los debates económicos se centran en retos de mediano plazo como la productividad, la profundización del comercio exterior, la promoción de la inversión privada, la introducción de los estándares OCDE, y el mejoramiento de la estructura física y social e institucional. Sus perspectivas para el Perú son alentadoras.
¿Ha sido el Perú escogido como sede de las Reuniones Anuales en reconocimiento de que se han hecho bien las cosas?
Sí. Las Reuniones Anuales vuelven a Latinoamérica después de 48 años en reconocimiento de que tanto el Perú como Latinoamérica han hecho las cosas bien. Hace 15 años en una reunión así estaríamos hablando de crisis, de déficits, de ajustes, pero hoy en casi todos los países en los que trabajamos, el diálogo se enfoca en cómo mantener los avances en el nivel de vida de la población, y en cómo converger a los niveles de productividad de los países más desarrollados. Los retos son enormes, pero el momento económico y social es diferente al que se hubiera visto años atrás durante una desaceleración económica como la de hoy. Hace 15 años nuestros países hubieran tenido problemas muy serios; hoy sin embargo Perú, Chile y Bolivia reciben la desaceleración con unos colchones fiscales y externos muy fuertes y con sistemas financieros saludables. En el Perú se estima un crecimiento de largo plazo que puede llegar a ser una o dos veces más alto que el del resto de Latinoamérica. Las reuniones ofrecen una oportunidad para empezar a validar estas proyecciones: dado que el mundo estará mirando al Perú es momento para que el país destaque en el mapa desde el punto de vista turístico y como destino para invertir y hacer negocios.
Latinoamérica ha sido una de las estrellas del crecimiento, pero la tendencia a la baja en los precios de las materias primas crea desasosiego en algunos países ¿Cree que la economía de la región se desequilibre?
No creo, pero este cambio nos fuerza a ser realistas. Para países exportadores de materias primas, que en el caso de mi unidad los incluye a todos, considero que la caída en los precios de trabajar. El otro camino es la diversificación, que de alguna manera es más fácil ahora que los precios de las materias primas bajaron. La diversificación requiere que el capital, el trabajo y las tierras sean utilizados de manera creciente en producir bienes y servicios no primarios. Esto a su vez requiere que los mercados financieros, laborales e inmobiliarios funcionen eficientemente y sobre todo de manera formal. En esencia, los sectores que lideran el crecimiento económico en los países andinos deberían alcanzar y sobrepasar los niveles de productividad que tienen los países más avanzados. Solo así se generará prosperidad para todos los ciudadanos, es decir que se romperá la llamada trampa del ingreso medio. El crecimiento y el optimismo han hecho que el Perú crea que está listo para convertirse en un país desarrollado. Por eso, por ejemplo, busca un programa internacionales, la desaceleración de China, y el final de la era de tasas de interés bajas nos ayudan a enfocarnos en otros elementos claves para la competitividad:
(1) reducción del costo de hacer negocios internamente y con países vecinos o lejanos;
(2) aumento de la eficiencia de los mercados financieros, laborales e inmobiliarios;
(3) mejoras en servicios públicos especialmente aquellos que son tangibles como seguridad, justicia, educación y la provisión de un nivel de protección social mínima; y
(4) incremento en la eficiencia y calidad del gasto público.
Claro que todos vamos a tener que aprender a vivir con cambios y transformaciones: los gobiernos tendrán que mejorar sus mecanismos de priorización de inversiones pues ya no se cuenta con dinero para todo, las empresas tendrán que adaptarse a un clima en donde la competencia va a ser más intensa, y el ingreso o el empleo a nivel de los hogares se va a ver afectado con estas restructuraciones.
¿Cómo puede compensar Latinoamérica por la caída del precio de las materias primas?
Hay dos caminos. Uno es fomentar incrementos en la productividad a nivel de sector público, las empresas y los hogares. El sector público necesita hacerse más eficiente en la provisión de servicios dado que los ingresos por concepto de regalías se reducirán. Igualmente, las empresas tienen que volverse más eficientes en la producción de bienes y servicios. Una manera de fomentar la eficiencia empresarial es incrementar la competencia para que las empresas más competitivas nazcan y/o crezcan y las menos competitivas cierren. A nivel de los hogares, es esencial que busquen y se les provean oportunidades de educación y capacitación continua, y se incremente la participación laboral de todos los miembros del hogar en edad de trabajar. El otro camino es la diversificación, que de alguna manera es más fácil ahora que los precios de las materias primas bajaron. La diversificación requiere que el capital, el trabajo y las tierras sean utilizados de manera creciente en producir bienes y servicios no primarios. Esto a su vez requiere que los mercados financieros, laborales e inmobiliarios funcionen eficientemente y sobre todo de manera formal. En esencia, los sectores que lideran el crecimiento económico en los países andinos deberían alcanzar y sobrepasar los niveles de productividad que tienen los países más avanzados. Solo así se generará prosperidad para todos los ciudadanos, es decir que se romperá la llamada trampa del ingreso medio.
El crecimiento y el optimismo han hecho que el Perú crea que está listo para convertirse en un país desarrollado. Por eso, por ejemplo, busca un programa país con la OCDE ¿Ayuda a ello la reunión anual del Banco y el Fondo en Lima?
Este deseo es más que una simple ilusión. Cuando el Banco Mundial mira los países
que en Latinoamérica están convergiendo al producto bruto interno per cápita en Estados Unidos, encontramos a Chile y Panamá pero hay un tercero que viene detrás: Perú. Pertenecer a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no es pertenecer a un club de países ricos. Es pertenecer a un club que ayuda a formular e implementar políticas públicas de primer nivel. Nosotros apoyamos ese proceso porque nos parece muy importante para el Perú y sus ciudadanos. La gente puede preguntarse ¿a mí de qué me sirve? y lo cierto es que un país con buenas políticas públicas mejora la calidad de los servicios, atrae inversiones y crea empleos. Y es esto lo que finalmente tiene un impacto en las personas.
¿Cuánto ha avanzado el país, la región, en aprovechar el buen momento económico y emprender las reformas necesarias?
En la mayoría de casos, en los países de la región se ha aprovechado para ahorrar, aumentar las reservas internacionales y balancear la economía con un manejo macroeconómico responsable. Desde el punto de vista de las reformas estructurales, un tema en el que Latinoamérica impulsó grandes cambios es en la educación. Hubo una comprensión de que la productividad estaba estrechamente ligada al nivel educativo de la población y empezaron a atender las reformas educativas con mucha más seriedad.