(Bloomberg) A Antonio Carlos de Almeida Castro le encanta hablar. A los 58 años, es abogado defensor penal de los ricos y poderosos de Brasil y quiere que todos lo sepan. Casi nada en su carrera de tres décadas, desde el escándalo más grande hasta el acuerdo de trastienda más pequeño, es zona vedada durante una entrevista inconexa desarrollada en dos días y dos ciudades.