¿Qué hacer cuando se usa lenguaje ofensivo en el centro de trabajo?
Lo peor que cualquier empleado puede experimentar en su trabajo es que sus jefes usen un lenguaje ofensivo, ya que pierden el compromiso con la empresa y baja su productividad. A esta situación usted debe responder con un rotundo ¡No!, señala un artículo de LinkedIn.
Por: Redacción Gestion.pe
Lo peor que cualquier empleado puede experimentar en su trabajo es que sus jefes usen un lenguaje ofensivo. En muchas empresas se convierte en parte de la cultura. Desde el gerente al CEO y del CEO al dueño, todos disfrutan de las lisuras.
“Sin embargo, esto destruye a la empresa desde dentro”, comenta Pramod Kumar en un artículo publicado por LinkedIn.
Analicemos: ¿Por qué los jefes usan un lenguaje ofensivo? Hay muchas razones. Los jefes sienten que son el amo y señor del trabajo. Su poder está en su mente y comienzan a usar un lenguaje sucio. Dado que los jefes senior usan un lenguaje ofensivo, los junior asumen que está bien usar este tipo de lenguaje y se entregan a la blasfemia.
Para otros es una moda. La falta de conexión cultural también juega un rol importante. Muchas veces los jefes sienten que usan un lenguaje inapropiado y empiezan a alinearse.
Asimismo, para otros cuya crianza no fue tan refinada, se vuelve un hábito y llevan esta mala costumbre a su trabajo. Otros podrían estar pasando por momentos difíciles en su vida personal y por la frustración gritan a sus empleados y usan lenguaje abusivo.
Lo peor sucede cuando el propio dueño de la empresa comienza a utilizar un lenguaje ofensivo. En esta situación, nadie puede hacer nada.
Impacto en los empleados
Cualquiera sea la razón, es simplemente desastroso para el empleado y para la organización. Los empleados pierden el compromiso con la empresa. Empiezan a buscar nuevos puestos de trabajo, su nivel de productividad baja, no toman iniciativas, y no plantean ninguna preocupación válida. Los empleados sensibles pueden enfermarse o incluso suicidarse.
El mayor impacto está en la persona, contra quién se dirige la ofensa, aunque otros también se sienten humillados. Temen que si hoy fue otra persona, en la próxima reunión ellos pueden ser el objetivo.
Si el empleado que es el objetivo del lenguaje ofensivo responde de la misma manera, la situación puede salirse de control. Sin embargo, el empleado puede iniciar una acción legal contra el jefe, así como la organización.