Cuatro errores comunes de un líder

Los líderes tienen que enfrentarse a mucha responsabilidad y, en varios casos, cometen errores que deben ser afrontados y corregidos para que puedan convertirse en nuevas oportunidades o estrategias de cultura empresarial.

(Foto: Johnlincoln.biz)

Por: Redacción Gestion.pe

Como líder, estás al frente a una gran cantidad de responsabilidad y estrés en el día a día. Muchas veces, y sin que esto sea un mal indicador, cometes diferentes errores que, como primera característica de un buen líder, deber reconocer y afrontar de una manera profesional y abierta al análisis.

El portal Business News Daily ha clasificado cuatro errores comunes pero importantes que la mayoría de líderes ha cometido en algún momento de su vida profesional y, tal vez, en su vida personal también. Tenlos en cuenta y analiza si lo has cometido y busca la mejor manera de solucionarlos o de enfrentarlos con creatividad y trabajo en equipo para que estos pequeños tropiezos se conviertan en oportunidades de crecimiento.

1. Contratar muy rápido
Muchas veces, cuando el proyecto o negocio está empezando a desarrollarse, toda la responsabilidad es afrontada por el líder. Por esto, cuando se tiene un poco de dinero para comenzar a ampliar el equipo, los líderes tienden a hacerlo muy rápidamente para poder delegar tareas y obtener más tiempo para otras cosas.

Sin embargo, esto no siempre funciona. El primer candidato tal vez no sea el más indicado para el puesto. Si piensas en contratar nuevas personas para tu equipo, tómate el tiempo de conocerlas, evaluar sus fortalezas, analizar si es lo que estás buscando o si la persona puede aportar algo nuevo a la empresa o proyecto.

2. Esperar demasiado de los demás
Este error tiene mucho que ver con el primero. Si contratas a una persona rápidamente y esta resulta no ser adecuada para el trabajo, los resultados pueden ser muy negativos para la empresa, para el líder y para la persona que acaba de conseguir el puesto.

Muchas veces, las razones de que un empleado falle al poco tiempo de haber sido contratado es porque no tuvo el entrenamiento necesario (nadie va a aprender en una semana lo que tú aprendiste en tres años) y porque no fue evaluada adecuadamente para encontrar el puesto más adecuado.

Tómate tu tiempo para conocer a los integrantes de tu equipo antes de delegarles responsabilidades muy grandes. Si no les das las herramientas necesarias, comenzarán a fallar muy pronto y terminarán por irse o por ser despedidos.

3. Asumir que tú tienes la razón
Uno de los más grandes y más comunes errores. Asumir que tu liderazgo te da el poder de tener la razón siempre.

Muchas veces, la experiencia o el mismo puesto lleva al líder a creer que las cosas se están haciendo bien o se están delegando de la manera correcta, a pesar de que su equipo no piense lo mismo. ¿Cómo se soluciona esta situación?

Comunicación ante todo. Escuchar a tu equipo de trabajo debe ser un hábito constante y parte importante de la cultura organizacional de la empresa. Dar un paso atrás y dejar que los colaboradores puedan criticar, analizar y originar ideas es lo mejor para tener una perspectiva más amplia del ritmo de trabajo del equipo. Además, dejar que el equipo tenga sus propios logros y tengan iniciativa es muy saludable para las empresas.

4. Fallar cuando delegas
Muchas veces lo líderes se estancan en la idea de que las cosas sólo tienen una manera correcta de hacerse, la suya. Con toda la responsabilidad en sus hombros, el líder que no aprende a delegar será el que más rápido de ahogue en la pila de cosas para hacer en el día a día.

Si te sientes lleno de tareas por hacer, pregúntate si es porque no estás delegando de la manera correcta. ¿Puedes confiar en los demás para llevar a cabo ciertas tareas?

El saber delegar significa que confías plenamente en las capacidades de tu equipo de trabajo, y esto hará que los integrantes se sientan valorados y pongan más empeño en su trabajo y en sus ideas. Recuerda que, como líder, no solo diriges el grupo, también eres parte de el y la humildad de tu trabajo es la prueba de que no estás por encima de tu equipo, sino que trabajan juntos.