Reconstrucción, la siguiente tarea del sector agropecuario tras el Fenómeno El Niño
En Perú existen alrededor de 6 millones de personas que dependen de la gastronomía. Bernardo Roca Rey, presidente de Apega, estima que al menos 2.4 millones se han visto perjudicados por las inundaciones.
Por: Manuel Patiño
Hace unas semanas, medio Lima sufrió una catástrofe cuando encontraron el limón a precios astronómicos. Pero la temporal escasez de este “vital” producto no solo perjudicó el cebiche semanal. Las verdaderas víctimas fueron sus productores.
En Perú existen alrededor de 6 millones de personas que dependen de la gastronomía. Bernardo Roca Rey, presidente de Apega, estima que al menos 2.4 millones se han visto perjudicados por el Fenómeno El Niño.
Y es que un huaico puede destruir una pequeña trocha que es el único acceso a un puerto de pescadores artesanales. Naturalmente, la trocha no es la prioridad del Estado cuando hay carreteras y puentes que reconstruir. Pero, qué sucede con el pescado acumulado en esos botes.
En el caso de las frutas y verduras, Roca Rey recomienda la utilización de unas cajas para deshidratar los alimentos. De esta forma se evita la descomposición de la fruta, y una pérdida enorme de dinero para el agricultor.
Pero en donde la prevención no encuentra terreno, la reconstrucción debe primar. “Nosotros nos preparamos para la segunda ola, que es la reconstrucción. Alguien tiene que pensar en qué viene después”, sentencia Roca Rey.
La catástrofe es una realidad, y la reconstrucción es inminente. No obstante, hay campesinos que han perdido absolutamente todo. Chacras que pronto quedarán inutilizables por las constantes lluvias, y que son el principal medio de subsistencia de mucha gente, empeoran la situación de estos individuos.
“Cómo le vas a dar crédito a un agricultor que ya no tiene campo, sino un desierto”, reflexiona el presidente de Apega. Y desde esta institución, propone evidenciar las historias de cada agricultor para generar un acercamiento con instituciones que les permitan financiar la reconstrucción de su espacio de trabajo.
“Un agricultor que ha perdido su tierra no va a poder reconstruir su chacra, pero tal vez una cooperativa sí”, comenta.
El vaso medio lleno
Los huaicos e inundaciones han provocado un enorme desastre en el norte del país. Sin embargo, existen formas de poder aprovechar el clima en plena adversidad.
Bernardo Roca Rey advierte que los Bosques secos pueden repoblarse. Es decir, los campos de algarrobo pueden florecer nuevamente gracias a este fenómeno.
Y parte de la labor de reconstrucción es sacarle el jugo a este tipo de eventualidades.
Incluso si no se llega a cultivar, este árbol puede potenciar la crianza de chivos, pues es uno de sus alimentos favoritos.
La moraleja se resuelve en la gran cantidad de gente que depende del sector agropecuario.
Todos los días se abren tres restaurantes peruanos en el mundo, y dependen del abastecimiento de insumos de agroexportación, observa Roca Rey.
“Podemos perder todos los restaurantes peruanos fuera” si no atendemos esta crisis a tiempo, culmina.