Perú redujo sus cultivos de hoja de coca en 6.1% a 40,300 hectáreas en el 2015, según el último informe divulgado por la ONU el año pasado.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que en noviembre firmaron la paz tras 52 años de confrontación, aceptaron desvincularse del negocio de la droga, motor principal del conflicto armado desde los años 1980.

La erradicación se focalizó este año en las regiones selváticas de Pucallpa, Loreto y Huánuco así como la zona surandina de Puno, cerca de la frontera con Bolivia.

El VRAEM, un pedazo de selva casi del tamaño de Puerto Rico, se ha convertido en corazón del nuevo mapa internacional del narcotráfico desde que Perú desplazó en el 2012 a Colombia como el mayor productor de coca del mundo.

Play

Antes de que el Estado peruano ingresara por primera vez al Valle del Monzón para la erradicación de los cultivos de coca ilegal, parte de los narcotraficantes que operaba en dicha zona migró a otros lugares del país, así lo sostiene el sociólogo Jaime Antezana.

El Gobierno destinará recursos financieros directos para la erradicación de los cultivos de coca ilegal, según destacó la presidenta de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Carmen Masías.

Los recursos serían de “al menos” esa cifra, según adelantó adelantó Mark Lopes, representante de USAID. Unos US$ 50 millones, cifra similar a la de este año, serían destinados para la lucha antidrogas.

La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) anunció que dichos recursos serán provistos por la cooperación europea, principalmente para reforzar cultivos alternativos a la hoja de coca.