Nueva York y sus doce restaurantes imprescindibles

FOTOGALERÍA. Los restaurantes de la Gran Manzana apelan a su experiencia, al infalible “Warhol cenó aquí” y dan prioridad a la socialización frente al social media. Precisamente, de acuerdo al portal Traveler, en esa combinación de caras famosas y platos (y cócteles) estrellas, reside el éxito de los restaurantes a los que no debería dejar de ir, si visita la ciudad más cosmopolita del mundo.

Grill at La Piscine encabeza la lista. En el recinto puede degustarse desde comida mediterránea en verano hasta un menú ‘alpino’ con fondue y sake caliente en invierno.
El pollo, los guisos y el escabeche jamaicano son las especialidades que atraen -inclusive- a las top models más cotizadas de la ciudad a Miss Lily’s.
Narcissa, restaurante del hotel Standard del East Village, se destaca por ofrecer cocina americana inspirada y con especial atención a las verduras y a las ensaladas.
Beauty
Maialino cierra el Top 5. El restaurante alberga cuatro espacios para desayunar, cenar, comprar embutidos o celebrar eventos.
Los huevos pochados con tomate asado y queso o la trucha ahumada con huevo y salsa de rabanito picante son algunos de los clásicos de Freeman's.
Indochine era uno de los restaurantes preferidos del artista pop Andy Warhol. Hoy sigue destacando por su cocina franco-vietnamita a través de especialidades como pescados camboyanos.
“Cocktail attire required”, anuncia The Top of the Standard en su web. Por eso, quizá lo más fácil para asegurarse la entrada es reservar mesa para el nuevo brunch, que solo sirven los domingos desde el mediodía.
Para el restaurante Omar's, “el secreto está en traer a muchos amigos a pasarlo bien, para comer y disfrutar como en casa”.
En el menú de Beatrice Inn las carnes son la estrella. “Somos un asador de carnes clásico”, insiste el restaurante.
En Rose Bakery, el menú cambia a diario, el relleno de sus quiches o de sus pizzetas nunca es el mismo, y es más abundante y variado los fines de semana, refiere el portal Traveler.
En el caso de Le Bilboquet, cuando la clientela que solo busca el toque francés de las endibias con roquefort se retira, el volumen sube y los que venían por el je ne sais quoi empiezan a cantar y bailar.

Por: Redacción Gestion.pe