El directorio filantrópico: El compromiso de los altos ejecutivos en el Perú
G de Gestión. Altos ejecutivos explican de qué forma participar en comités a favor de la educación impactó en su desempeño personal y profesional.
Por: Redacción Gestion.pe
Durante el 2013, Forbes juntó a un grupo de 150 multimillonarios para debatir sobre cuáles eran sus responsabilidades frente a los problemas más preocupantes del mundo.
El intercambio entre estos colegas, entre los que estaban Bill Gates, Oprah Winfrey y Warren Buffett, dio pie al estudio llamado “La filantropía de la próxima generación, cómo se está cambiando el mundo”.
Entre los resultados más destacados del estudio, sobresalieron que el 46% de esos multimillonarios con más de US$ 20 millones en activos invertibles, planean dejar más de la mitad de sus activos a la caridad. Mientras que cerca de uno de cada cinco ejecutivos que tiene más de US$ 50 millones en activos invertibles piensa dejar el 100%.
Sin embargo, el dinero no sustituye la dedicación ni el tiempo personal, ni el asistencialismo es el mejor modelo en países como el Perú.
En este artículo, y casi como una tendencia que cada vez atrae a más altos ejecutivos, Crea y EnseñaPerú serán los dos ejemplos de iniciativas de voluntariado profesional de jóvenes a favor de la educación de la niñez, que por un estrategia de atracción a través del apasionamiento, reclutaron en su directorio (EnseñaPerú) o su comité consultivo (Crea ) a ejecutivos que se han encontrado dos cosas: un instinto benefactor que no vivían desde su juventud y una dinámica generacional que los ha vuelto a colocar entre la locura y el sosiego.
Acá el tema no es de millones, sino de horas-hombre. No obstante, la pregunta sigue cayendo por su propio peso: ¿sobre qué valores un alto directivo se comprometería con una causa filantrópica en medio de una agenda recargada, sin retornos a la inversión o siquiera algún indicador de negocio?
“Como consecuencia del amor a primera vista”, responde Alberto Muñoz-Nájar, líder del grupo arequipeño Manuel Muñoz-Nájar. Como presidente del directorio de EnseñaPerú, el ejecutivo viaja constantemente de Lima a Arequipa para encabezar el consejo.
El ejecutivo ingresó al directorio durante el 2011, debido –como la gran mayoría de ellos– a que una persona cercana lo presentó como una posibilidad de apoyo: en este caso fue su hijo, quien estudió con el exdirector ejecutivo Álvaro Henzler, en la Universidad del Pacífico.
“¿Sobre qué visión un empresario apostaría por un movimiento como este?”, se repregunta Muñoz-Nájar. “Ante todo, sobre la comprensión de que no estaremos para evaluar un ROI, sino un retorno social con estándares internacionales e indicadores que permitan informar a quienes colaboran en iniciativas como esta”, afirma.
El instinto benefactor
“Si un ejecutivo solo tiene vida familiar y laboral, le falta una tercera parte de actividad social y ciudadana”, explica Felipe Ortiz de Zevallos, con la convicción y el ejemplo de ser un empresario que participa activamente en los comités directivos de una larga lista de iniciativas como Crea , EnseñaPerú, Instituto Apoyo, entre muchas otras.
“Porque las personas son animales sociales que no solo producen sino que participan de una vida común, sea esta en su barrio, ciudad o en diversas redes”, afirma.
Ortiz de Zevallos alega que el mundo empresarial trabaja con protocolos que pueden o no ser los más adecuados para algunas instituciones no gubernamentales; sin embargo, no deja de ser importante su aporte debido a que el sector corporativo se encuentra más al tanto en innovaciones tecnológicas que en otros sectores.
“Ello permite contribuir a un manejo más eficaz de las organizaciones no empresariales”, detalla.
Por su parte, Leslie Pierce, exCEO de Alicorp y parte del directorio de Crea , apoya la moción con la misma convicción con que convirtió una empresa de productos oleaginosos de US$ 80 millones en una multinacional de alimentos de US$ 1,600 millones.
“Creo que el ejecutivo debe tener una vinculación con el mundo real, que muy poco tiene que ver con lo que sucede al interior de sus oficinas”, afirma.
Crea ha impactado en más de 4,300 niños en su historia, se han dictado más de 6,500 clases, ha tenido más de 1,000 voluntarios en cuatro años y más de 165 mil horas-hombre donadas en los tres colegios donde se desempeñan, en Chorrillos, San Juan de Miraflores y el Callao.
Pierce pertenece al comité consultivo desde poco tiempo antes de dejar la gerencia general de Alicorp. Según explica, esta demora respondió a que la empresa tiene un campo muy específico a favor de revertir la nutrición infantil.
“Pero luego, encontré un grupo de jóvenes que tenían la misma preocupación que yo tuve cuando tenía 23 años. Eso me pareció mágico”, afirma Pierce desde las oficinas de la Asociación Peruana de Empresas de Consumo Masivo, donde ejerce como presidente.
Entre la locura y la experiencia
La cuestión generacional es una de las dinámicas más apreciadas por los ejecutivos que participan activamente de estas iniciativas. Al igual que Pierce, quien ve mágico haber podido reencontrarse con inquietudes sociales de su juventud, Edmundo Beltrán, CEO de Deloitte Perú, resalta la combinación perfecta entre la “locura” de los jóvenes y la “experiencia” de su directorio en la toma de decisiones.
“Estos casi millennials son una fuente inagotable porque no dejan de crear y nada los detiene; por su parte, la función de los directores es aterrizar estas ideas y darle viabilidad desde el punto de vista estructural”, explica el ejecutivo colombiano.
Beltrán ha tomado el desafío de director como un reto propio, a pesar de que al inicio fungió como requisito innegociable de parte del corporativo a favor de desarrollar la Fundación Deloitte. “Todo esto me apasiona realmente”, dice sin ocultar su motivación.
A diferencia de la dinámica entre el comité consultivo de Crea y los Creando –nombre con el que se les conoce a sus jóvenes voluntarios–, el directorio de EnseñaPerú sí funciona como un espacio ejecutivo, donde se llevan adelante las buenas ideas de los jóvenes y se dejan de lado las malas.
Sin embargo, sus responsabilidades van más allá, con un trabajo de campo imprescindible para la sostenibilidad de EnseñaPerú. “Como directorio, tratamos iniciativas a las necesidades que tiene la asociación, como obtener fondos, trabajar con el gobierno, vincular filántropos y empresas privadas a través de nuestro testimonio como ejecutivos Beltrán”, detalla.
Por su parte, Cecilia Blume, directora de C&B Consult, consultora empresarial especializada en temas legales y económicos, recuerda la forma en que Luis Starke, director de Crea , se le acercó.
“En ese momento, yo no estaba haciendo nada por ayudar a las personas, y me pareció apasionante la idea de ser parte del consejo consultivo, porque la experiencia más cercana que tuve fue en la parroquia o con las girl scouts”, recuerda con alegría sobre este reencuentro.
Para la consultora, el aprendizaje del equipo del directorio y su interacción con los Creando le ha permitido descubrir una familia profesional por su misión de estar juntos.
“Nuestro comité los escucha y les da su opinión, pero ellos nos han facilitado conocernos entre nosotros y a ellos, y ya sabemos con quiénes podemos bromear y con quiénes no, quién tiene ‘más correa’, quién es menos formal”, detalla.
Pierce finaliza sin dejar de resaltar la importancia de que los ejecutivos trabajen para las personas, tanto en lo social como en la empresa.
“No puedo imaginarme el crecimiento de Alicorp sin su gente, porque una organización sin un grupo humano motivado y comprometido con los objetivos, no crece. De esta misma forma, si uno no se imagina devolviendo a la sociedad lo que esta le ha dado, no alcanzará lo que le propone la vida”.