Antes loca por la carne, Argentina se prepara para lo impensable, sustituirla por el pollo y el cerdo
Costos en alza han alentado lo que era casi impensable hace una década: la demanda de carne vacuna está cayendo y los consumidores la sustituyen por pollo y cerdo, que son más baratos.
Por: Redacción Gestion.pe
(Bloomberg) La carne vacuna es ahora tan cara en Argentina, país que alguna vez fue el tercer mayor exportador mundial del producto, que los frigoríficos están por iniciar importaciones de ganado de países vecinos por primera vez en casi dos décadas.
Es un enorme cambio para una población que come más carne de vaca por persona que cualquier otra y donde ese alimento se ha convertido en parte de la identidad nacional, tanto como el tango o el fútbol de la Copa del Mundo. Costos en alza han alentado lo que era casi impensable hace una década: la demanda de carne vacuna está cayendo y los consumidores la sustituyen por pollo y cerdo, que son más baratos.
El sector ganadero de Argentina – el tercer mayor exportador de carne hace una década – se vio afectado por el fin de los controles de precios y una devaluación del peso bajo el nuevo gobierno del presidente Mauricio Macri, que cambió las políticas de sus predecesores para revivir una economía paralizada por el impago de la deuda gubernamental. En diciembre, al empezar el verano en el Hemisferio Sur, el precio de la carne vacuna usada para asados a la parrilla se disparó 28%. Para aliviar la tensión, Macri autorizó importaciones de carne de vaca y ganado de países vecinos como Uruguay.
“Esto es una vergüenza: un acontecimiento inesperado consecuencia de 12 años de políticas gubernamentales equivocadas”, dijo Ulises Forte, que tiene 500 cabezas de ganado en una hacienda en la provincia de La Pampa y es presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). “Afortunadamente, estas importaciones no serán tantas”.
Caída de Hacienda
Antes de Macri, los gobiernos de los ex presidentes Néstor Carlos Kirchner y luego su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, desalentaron las exportaciones de carne vacuna con reglamentaciones destinadas a mantener abundante la oferta interna y los precios bajos. En cambio, los hacendados perdieron el incentivo para expandir su hacienda, que disminuyó a 52 millones de cabezas el año pasado desde 60 millones en 2003. Criar ganado era más costoso que usar la tierra para el cultivo de soja, y muchos hicieron el cambio.
Las exportaciones de carne vacuna de Argentina, que en 2005 superaban a las de otros países excepto Brasil y Australia, se derrumbaron 69 por ciento a lo largo de los 10 años siguientes, clasificándose undécimas en el mundo el año pasado, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Los envíos fueron los menores en 11 años, muestran datos del gobierno.
A fin de reanimar los incentivos para los hacendados, el gobierno levantó las restricciones a la exportación y devaluó el peso. La moneda argentina se hundió 49 por ciento contra el dólar desde el 1 de diciembre, lo que hace que al sector agrícola-ganadero le resulte más rentable despachar sus productos a compradores extranjeros que pagan en la moneda estadounidense.
Cuando la moneda se hundió, el costo de la carne para los consumidores locales se disparó. La carne vacuna para asar a la parrilla saltó a 112.09 pesos argentinos (US$ 7.29) por kilo (2.2 libras) en diciembre, desde 87.68 pesos en noviembre, muestran datos del sector. Esto desalentó la compra en un país donde la gente consume en promedio 1.1 kilos de carne de vaca a la semana. La demanda de carne vacuna cayó 7% en enero respecto del mismo mes de 2015.