FOTOGALERÍA. Seguro que alguna vez te ha pasado eso de tener hambre, comer algo y seguir teniéndolo, incluso más. Eso fue porque no comiste el alimento adecuado, pero, ¿qué alimentos son esos que da más hambre del que quitan? Te lo revelamos en esta fotogalería y te explicamos el por qué. Se trata de alimentos que al comerlos activan una parte de tu cerebro y tu intestino que actúan en conjunto para hacer que tengas ganas de más.
Papas fritas, galletas saladas y pan. Cuando se ingieren carbohidratos refinados, los niveles de azúcar en la sangre se disparan. La reacción del cuerpo a esto es liberar una gran cantidad de insulina para normalizar el azúcar en la sangre. La insulina hace que ese azúcar se almacene y provoca que tengas hambre otra vez. Una crujiente baguette es un método infalible para activar el apetito en alza. Incluso la rápida digestión de frutas tropicales como el plátano o l banana pueden tener este tipo de efecto.
Galletas, tartas y otros dulces. El tálamo, el hipotálamo y la ínsula todas las áreas que impulsan a comer tienden a relajarse después de comer, pero cuando se trata de dulces como galletas o tartas, estas áreas se mantienen activas. En pocas palabras, el cerebro le dice al cuerpo que no estás lleno y tienes la necesidad de comer más para sentirte satisfecho.
Los alimentos bajos en grasa, un solo yogur. Múltiples estudios han encontrado que la cantidad de tiempo y el número de veces que se mastica algo afecta a cómo de lleno te sientes. Masticar derriba los niveles de grelina, la hormona del hambre, sin embargo, en el caso de los alimentos bajos en grasas, ésta es más fuerte que nunca. También ocurre con los yogures. Laos productos bajos en grasas suelen estar llenos de azúcar y otros carbohidratos procesados que promueven el hambre por todas las razones mencionadas anteriormente. Un buen consejo en general es que cuanto más rápido se puede tragar algo, más probabilidades hay de querer comer después más de lo mismo, que es precisamente lo que ocurre con los yogures.
Los refrescos light y los aperitivos con edulcorante artificial. Los expertos han desacreditado bastante la idea de que los edulcorantes sin calorías no tienen efecto sobre el peso o el metabolismo. De hecho, un reciente estudio llevado a cabo en Australia ha revelado que cuando los edulcorantes artificiales llegan a nuestra lengua, los centros de recompensa del cerebro se iluminan y señalan que el intestino puede recibir pronto energía (en forma de calorías). El problema viene cuando esas calorías no llegan, entonces, el cerebro intenta cuadrar ese desequilibrio y nos empuja a consumir más alimentos para tapar el agujero. De esta manera, los edulcorantes de las bebidas light pueden poner en alza nuestro apetito.