Internet, la nueva televisión de los niños

Los servicios en línea, en particular YouTube, permiten un nuevo consumo audiovisual, uno alejado del hábito tradicional de esperar por un programa.

Por: Redacción Gestion.pe

Cualquier adulto que convive con niños pequeños podrá notar un fenómeno acerca de su conducta al momento de consumir contenidos audiovisuales: ellos prefieren acceder a videos en internet en vez de hacerlo a través de los canales de aire, cable o satelitales, tal como acostumbraba a hacer él durante su infancia.

Estudios recientes a nivel global reflejan que aquellos que tienen menos de 18 años realizan sus consumos culturales en pantallas no tradicionales. “Mientras que los padres escuchaban música en radio o CD, los niños de hoy lo hacen en su celular, tableta o en la computadora hogareña.

Mientras que sus padres miraban televisión solo para entretenerse, los niños de hoy transcurren su vida diaria en las pantallas, ya que a través de ellas aprenden, hacen la tarea escolar, se relacionan con otros a través de las redes sociales y también se entretienen”, explicó a Cromo Roxana Morduchowicz. Ella es doctora en Comunicación de la Universidad de París y con frecuencia dirige estudios relacionados con este tema.

Al hablar de este fenómeno, la experta destacó que esta situación se da, básicamente, porque los chicos de hoy siguen una fórmula que es inédita para los adultos: “La fórmula de sus consumos y prácticas culturales sigue la lógica de acceder a los contenidos cuando ellos quieren, donde quieren, con quien quieren”.

El menú rígido y fijo que propone la televisión para seguir un determinado programa con día y hora se contrapone con este nuevo paradigma. Por este motivo, los niños se alejan de la televisión actual. “Aunque los contenidos que consumen son los mismos que se transmiten a través de las pantallas tradicionales, ellos prefieren verlos en las tabletas, computadoras y smartphones”, señaló Morduchowicz.

La nueva manera de consumir videos viene de la mano de un comportamiento habitual en los pequeños, que tienden a ser más impacientes e intolerantes que sus progenitores. “A esta generación se la reconoce por tratarse de personas multitasking, puesto que realizan varias prácticas en simultáneo. De hecho, es habitual verlos frente a dos o más pantallas al mismo tiempo”, dijo la experta; acotó que los estudios muestran que solo 1 de cada 10 menores ven un medio a la vez.


Plataformas preferidas.
Al observar qué y cómo consumen contenidos audiovisuales los niños es fácil descubrir que YouTube es la plataforma predilecta. Le siguen Facebook, Instagram, Snapchat y Twitter, según apuntó Morduchowicz.

Es curioso detectar que los chicos quedan fascinados ante videos que para los adultos no tienen sentido, por ejemplo, aquellos que muestran cómo se les retira el envoltorio a las golosinas o cómo un desconocido juega en línea.

“Esto sucede porque estamos ante una generación que es muy visual. Cuando sus padres eran pequeños, tenían un predominio por lo gráfico, pero hoy en cualquier casa hay más pantallas que libros”, señaló la doctora en comunicación. Por este motivo a los chicos les impacta cualquier imagen.

Los contenidos de canales como Mejores Juguetes o Toys on the Go, sumados a una pantalla táctil, permiten consumir sin límites y a su gusto. Una de las claves está en la acción conocida como unboxing: un usuario abre un producto y lo describe. Transmiten el placer de desempaquetar algo nuevo. Pero no se quedan ahí: se juega con los objetos tal como lo haría un niño.

“En realidad, no hay diferencia entre lo que les atrae a los adultos, puesto que son millones los que siguen por televisión a los participantes de Gran Hermano, los cuales no hacen más que ir al baño y cocinarse”, ironizó.

Por otra parte, estos videos son un negocio. Los canales de YouTube ganan dinero con las suscripciones y las visualizaciones. Los ingresos rondan el dólar por cada mil visualizaciones y no es descabellado calcular que reciban más de 2 millones de visitas diarias. Es decir, más de US$ 2.000 al día.

No son la única oferta para menores que proporciona YouTube. Hay otros géneros, como las canciones infantiles animadas, que prosperan gracias a la enorme atracción que provocan en los niños; y, por supuesto, todos los dibujitos.

Videos a demanda.
Aunque los niños pequeños no tienen su propio teléfono inteligente, hay servicios de contenidos que, bajo la categoría “infantiles”, son muy consumidos por los hijos de los propietarios de estos equipos.
ANTEL ofrece suscripciones a Netflix sin costo por tres meses y su plataforma Vera incluye de forma gratuita varios programas educativos (como Nina y las neuronas) y dibujos animados clásicos (como Teo, basado en la famosa colección de libros, y Sandokán) y modernos (como Kambú y Angus & Cheryl), entre otros.

Claro Video es el servicio que ofrece la operadora de telefonía móvil con un costo mensual de $ 200. Actualmente la firma les ofrece a los interesados esta propuesta sin costo durante seis meses a modo de prueba.

“Sin ninguna duda, los niños son unos de los principales consumidores. De hecho, el contenido infantil se disputa el primer lugar de consumo junto a las series y suele estar primero en los rankings de reproducciones”, explicó a Cromo Sebastián Aguiar, gerente de marketing de la filial uruguaya de Claro.

Lo mismo refiere al ser consultado Gustavo Castro, jefe de contenidos para Movistar, firma que tiene disponible en Uruguay la propuesta Movistar Play de video on demand que permite ver películas y series utilizando smartphones, tabletas, televisores y computadoras. Según este ejecutivo, “los chicos están haciendo lo mismo que nos hubiera gustado hacer a nosotros cuando éramos pequeños, pero la tecnología no estaba disponible”, agregó sobre la posibilidad de ver un mismo video varias veces seguidas.

Según Aguiar, los niños son los consumidores nativos de este tipo de servicios. Son quienes mejor lo entienden y más rápido se adaptan: “Mientras a un adulto la oferta de contenido en abundancia lo puede abrumar, para los niños y adolescentes esto resulta una ventaja, una oportunidad constante de probar y descubrir cosas nuevas”.

El ejecutivo ilustró sus palabras con una anécdota: su hijo de 4 años le pidió para ver dibujos animados y él le contestó que prendiera la televisión. Le respondió que en esa pantalla nunca estaba disponible lo que él quería ver. “Las nuevas generaciones saben que lo tienen accesible cuando ellos decidan”, agregó.


Consejos para padres.
¿Cuánto tiempo conviene dejar a nuestros hijos solos con YouTube? Son los padres quienes deben establecer los tiempos. En dispositivos con el sistema operativo Windows 10 se pueden configurar cuentas infantiles, lo que asegura que estén protegidos mientras acceden a internet.

De esta forma, no pueden ver sitios web, aplicaciones o juegos inadecuados para su edad. Además, se pueden ver informes de su actividad online y ayudarlos a establecer buenos hábitos configurando límites de cuánto tiempo tienen permitido pasar delante de la pantalla.

Claro Video, por ejemplo, presenta el contenido clasificado. Si bien los niños pueden salirse de la sección infantil, esto ya no resulta tan sencillo y, en realidad, la misma oferta de contenido que se les presenta los mantiene enganchados en su sección.

El servicio de Movistar incluye un control parental que puede configurarse manualmente de modo tal que para ingresar a cualquier contenido fuera de la sección para menores es necesario colocar un pin.

Por su parte, Morduchowicz recordó que para los más chiquitos lo recomendable es que el papá predescargue los contenidos para que el niño no encuentre videos inapropiados para su edad, mientras está en la web. “Internet no debería estar libremente accesible para los menores de 9 años”, aclaró.

Más consejos para los padres: no permitir que los niños se encierren en sus dormitorios con las pantallas, ya que siempre deben utilizarla bajo la mirada de un adulto. Por último, es fundamental conversar con los hijos acerca de que en internet no solo hay contenidos para niños, sino que lo que abundan son aquellos no aptos para todo público.

YouTube Kids
A sabiendas de la atracción que sienten los niños por YouTube, la marca, que es propiedad de Google, lanzó el 2015 una versión infantil que está disponible en formato de aplicación móvil para ser descargada en tabletas y smartphones. Así es como, bajo el nombre de YouTube Kids, ofrece contenido especialmente preparado para la audiencia más joven de forma tal que es imposible acceder a otros videos.

Para hacerlo más amigable para sus pequeños usuarios, incorpora botones coloridos y su uso es muy intuitivo. Para la tranquilidad de los padres, también incluye un temporizador que limita el tiempo que el niño puede estar frente a esta aplicación en la cual hay videos para niños de hasta 5 años, con títulos conocidos como Peppa Pig y Pocoyó, entre otros.

La solución, que se descarga gratis, consta de cuatro temas: Música, Programas, Música, Aprender y Explorar.

¿Cuántas horas?
La Academia Americana de Pediatría (AAP) había postulado en 2011 que los niños menores de 2 años no debían estar en contacto con ninguna pantalla. Sin embargo, en octubre de 2016, publicó un nuevo documento con consejos para el uso de tableta, celulares y otras pantallas a las que pueden acceder los chicos.

En el documento, los especialistas indican que es mejor evitar la exposición a las pantallas hasta los 18 meses de edad, aunque entienden que pueden hacerse excepciones, por ejemplo, para mantener videollamadas con familiares.

Las recomendaciones de la APP estipulan lo siguiente:
• Antes de los 18 meses: Nada de pantallas. La excepción está en la comunicación a través de videochats con familiares.
• Entre 18 y 24 meses: Consumo de contenido de alta calidad en internet en compañía de un adulto.
• De 2 a 5 años: No deben consumir contenidos más de una hora diaria.
• A partir de los 6 años: Debe haber límites entre el tiempo de consumo y el tipo de contenidos. Los menores deben tener tiempo para realizar actividad física y establecer relaciones interpersonales.

Diario El Observador de Uruguay
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)