Las implicancias de ser la mano derecha de su jefe
Ser el favorito de un grupo de trabajo significa mayor responsabilidad, disponibilidad y capacidad de influir en decisiones a nivel organizacional, sin embargo, también suscita envidias.
Por: Redacción Gestion.pe
Un destacable desempeño laboral conlleva al empleado convertirse en la mano derecha de su superior. Para lograr dicha posición, resulta indispensable establecer una comunicación bilateral con el jefe, en ese sentido, el empleado debe estar dispuesto a brindar una retroalimentación y confrontar diferentes puntos de vista.
En declaraciones al portal Expansión.com, Albert Pérez, director de Michael Page Barcelona, subraya la importancia de trabajar en la dirección trazada por el superior, apoyarlo para el logro de los metas propuestas, aportar con nuevas ideas a los diferentes proyectos y convencer a los demás miembros del equipo en torno a la viabilidad de estos últimos.
Ser el favorito de un grupo de trabajo no exime a la persona de sus responsabilidades, por el contrario, las mismas se incrementan debido a su creciente influencia en la toma de decisiones.
Para ser la mano derecha del superior, el trabajador debe estar a la altura y, por tanto, demostrar sus habilidades, competencias, aptitudes, es decir, todo su talento y potencial.
Dado a que la persona de confianza del responsable del equipo gozará de la posibilidad de estar más cerca del poder de decisión, deberá sentirse en la obligación de mejorar las cosas y fomentar el trato ecuánime en la oficina.
La referida posición debe ser llevada con tino dentro del equipo, los colegas no deben considerar al líder del grupo como un rival, sino como un canal mediante el cual puedan transmitir sus propuestas o sugerencias.
Motivos personales
Llevarse bien con el superior, ser su amigo o confidente no debería constituir un motivo para convertirse en su mano derecha. El nombramiento solo generará malestar entre el equipo de trabajo, ya que considerará que el empleado no ha alcanzado esa posición por su propio esfuerzo.
Cuando el elegido comienza a dormirse en sus laureles al sentirse confiado a causa de la buena relación con su jefe, inevitablemente su posición empezará a tambalearse hasta fracasar. No solo perderá dicha categoría, también ganará la falta de aprecio de los demás.