El apetecido arándano chileno, a merced del cambio climático

Las inusuales lluvias que cayeron en gran parte de Chile en noviembre, causaron un breve atraso en la cosecha del arándano este año, lo que se sumó a una inestabilidad de la temperatura, un fenómeno poco usual en el característico clima mediterráneo del centro y sur chileno.

Por: Redacción Gestion.pe

(AFP) Sus beneficios antioxidantes y su bajo aporte calorífico pusieron de moda al arándano fresco, un fruto del que Chile es su máximo exportador mundial pero donde sus productores están hoy sometidos a los efectos del cambio climático.

Hace más de 30 años, un visionario grupo de agricultores chilenos decidió plantar los primeros arándanos en regiones del centro y sur de Chile, confiados en que de los fértiles campos de estas zonas, de gran producción frutícola, brotara este pequeño fruto de un pronunciado color azul, muy apetecido por los estadounidenses, sus mayores consumidores mundiales.

Investigaciones recientes revelaron que además de su buen sabor, esta fruta tiene grandes beneficios para la salud, especialmente por sus beneficios antioxidantes, provocando un aumento explosivo de sus ventas.

“Yo me atrevería a decir que los arándanos están ‘in’ es una fruta ‘hot’, por la demanda y a los supermercados les gusta, porque está en una categoría que atrae gente”, dijo a la AFP Andrés Armstrong, director ejecutivo del Comité Chileno del Blueberry, que reúne a 43 exportadores chilenos de arándanos.

Los antioxidantes del arándano ayudan a reducir el colesterol, mientras que su alta concentración de fenoles previene el desarrollo del cáncer de colon.

La fruta es rica además en fibra, posee propiedades laxativas y depurativas y tiene acción antiséptica y antibiótica, según un último informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

Unos 1,300 productores chilenos apostaron el arándano y hoy cerca de 80 empresas lo exportan al mundo.

En el 2014, Chile exportó 92,000 toneladas de arándano fresco, recibiendo dividendos por US$ 500 millones, posicionando al país como su primer exportador mundial.

Los cultivos ocupan unas 16,000 hectáreas, un número aún bajo si se compara con frutas insignes chilenas, como la uva de mesa, que se encuentra en más de 180 mil hectáreas.

“Sigue aumentando la demanda y sigue aumentando la producción no sólo en Chile sino que en todo el mundo, y ahí está el desafío que nosotros tenemos como país de aumentar nuestra producción con la calidad que se requiere”, afirmó Armstrong.

El arándano chileno también es exportado a Canadá, Gran Bretaña, China y Corea del Sur.

Cambio climático
La cosecha del arándano en Chile se realiza entre el fin de la primavera austral y el inicio del verano, lo que le permite llegar a las vitrinas estadounidenses en pleno invierno, fuera de temporada del blueberry de ese país.

En los últimos tres años, sin embargo, el arándano ha estado a merced del cambio climático, variando su producción.

Las inusuales lluvias que cayeron en gran parte de Chile en noviembre, causaron un breve atraso en la cosecha de este año, lo que se sumó a una inestabilidad de la temperatura, un fenómeno poco usual en el característico clima mediterráneo del centro y sur chileno.

“Esto está pasando por el fenómeno climático que hay, (el clima) nosotros mismos lo hemos echado a perder”, manifestó a la AFP, Patricio García, capataz de un huerto de arándanos de 30 hectáreas, ubicado en la localidad de Chimbarongo, unos 156 kilómetros al sur de Santiago.

Bruscos cambios de temperatura registrados en los últimos meses dieron paso también una maduración más lenta de los frutos, lo que a su vez permitió una cosecha de mejor calidad, que casi en su totalidad irá a la exportación de arándanos frescos.

En el 2013, una fuerte helada provocó que la fruta madurara de golpe, por lo que una gran cantidad fue destinada a la exportación de arándanos congelados. Este fenómeno también afectó la producción el año pasado.

Además del cambio climático, los productores enfrentan otros desafíos, como la siembra de distintas variedades de arándanos para producir más en la misma superficie, desarrollar tecnología específica para el cultivo y captar mano de obra, cada vez más escasa a causa del éxodo de jóvenes a las ciudades chilenas.

“Nuestra previsión de crecimiento que hicimos al inicio de la temporada, en septiembre, era de 10%, pero fue ajustada por las menores temperaturas, y a estas alturas nos atrevemos a decir que nuestra proyección probablemente sea menor que el año pasado”, admitió Armstrong.