El pacto se produce después de una pesquisa de autoridades tributarias sobre pagos por publicidad en internet hechos a compañías con vínculos a Eduardo Cunha, el ex presidente de la Cámara baja de Brasil que fue arrestado en octubre por acusaciones de recibir sobornos.

Para los ejecutivos ocupados, hasta un salto de 45 minutos entre Sao Paulo y Río de Janeiro puede ser angustioso sin estar conectado. Los operadores valoran a estos viajeros porque tienden a comprar pasajes caros de último momento.

La aerolínea brasileña reportó un déficit de 190 millones de dólares en el segundo trimestre del año, desde los 315 millones de dólares de hace un año.