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Siete personalidades negativas que predominan en una empresa

FOTOS | Las caretas profesionales no suelen estar bien vistas, por el contrario se tiene una connotación negativa de las personas que las usar. Desde arrogantes hasta los que van muy ocupados con sus inútiles tareas, aquí las siete personalidades negativas que pueden predominar en una empresa según Expansion.com

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FOTOS | Todo influye en nuestra vida profesional, incluso hasta la careta que usemos a lo largo de nuestra carrera. Sin embargo, más que esas poses o caretas, la verdadera influencia y visibilidad rentable depende de nuestra capacidad de demostrar buenos resultados a la hora de trabajar.

Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal conversó con Expansion.com y dijo que “mantener una pose, elegir una identidad o actuar (en el sentido de interpretar un papel) puede tener efectos positivos si se gestiona adecuadamente y se construye sobre lo que somos (aunque se exagere un poco), aunque Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, recuerda que “la pose tiene una connotación negativa y en general denota una alta dosis de inseguridad. Se genera por aprendizaje. Aprendemos observando, se tiende a adoptarla, y se crea como cortina de humo que tapa otras cosas, como es el caso de los workaholic o de quienes adoptan el personaje del arrogante”.

Mientras que para Ovidio Peñalver, socio director de Isavia, “la pose no deja de ser algo artificial, como una carcasa. Antes o después muestra grietas y se ve lo que uno es realmente. La máscara se cae en situaciones de crisis o tensión y ahí sale el ADN. La pose permite sobrevivir durante un tiempo, pero siempre a corto plazo”. Añade también que “el riesgo de no ponerse una careta y mostrar emoción es que puedes resultar muy agresivo. Pero el riesgo de lo opuesto es que resulta falso y de cartón piedra. No hay coherencia entre lo que se dice y lo que se siente, y es entonces cuando se da una falta de credibilidad”.

Así mismo, Guillem Recolons, socio de Soymimarca, opina que “aunque todos dejamos una sola marca personal, lo cierto es que podemos ocupar distintos roles o poses en función de la persona a la que nos dirijamos. Nadie habla igual a un niño de cinco años que a un médico de cabecera. En las empresas, esos roles se acentúan a veces por pura necesidad de supervivencia y a veces por actitud ante la vida”.

Algunos ejemplos en la siguiente galería.