Whisky y comida, un maridaje fuera de serie que no deja de ser perfecto
La aventura de mezclar sabores implica también romper mitos o reglas aparentemente establecidos. ¿El vino es inseparable de la carne?
Por: Karen Rojas Andia
El maridaje es el arte de equilibrar en el paladar un conjunto de sabores que podemos encontrar entre un plato y una bebida. Y cuando nos referimos a una propuesta, solemos visualizar una copa de vino al lado, incluso una de pisco. No obstante, una tendencia surge para imponerse: el maridaje con whisky.
El whisky puede tomarse puro, con agua o hielo, pero lo cierto es que ha permanecido encasillado como aperitivo o bajativo, “cuando también se hace posible experimentar un equilibrio agradable con la buena comida”, dice Jorge Ode, Brand Ambassador de Chivas.
Combinaciones
Para Diego de la Puente, brand manager de Osaka, los platos ahumados, a la parrilla o con distintas cocciones maridan bien con el whisky, que “consigue rescatar con éxito sus sabores e intensidad”. Según Diego Herrera, de Dondoh, el concepto de maridar con whisky puede girar en torno a los fuegos, las brasas, sobre todo, las carnes añejadas y maduradas. “Una chuleta de cerdo añejada con sabor a ahumado va bastante bien con esta bebida, así también como otros platos con asado de tira y salsas especiales de la casa”.
Coincide Hania Matteucci, de Carnal, quien considera posible hallar un equilibrio entre whisky y platos a base de carnes americanas. “Va muy bien con carne de Angus, carne de Kobe, ya sea en carpaccio, risotto o brochetas. Queremos romper el mito de que las carnes solo maridan con el vino”, anota.
Para Moma Adrianzén, propietario de Jerónimo, el maridaje con whisky funciona con platos hechos a base de pescado crudo, con salsas ahumadas, salsa de chorizo, atunes, palta y texturas crocantes. Los sabores especiados, aromáticos y cítricos también armonizan con este destilado, subraya.
Entretanto, Óscar Velarde, de La Gloria, considera que el camino está en buscar “sabores punzantes”. La pimienta, lo picante, lo dulce, el chocolate pueden sumarse a esta propuesta de maridaje no convencional. “Creo que funcionarían sabores fuertes porque esta bebida es más persistente”, comenta.
Para Ricardo Martins, chef de Felix, el whisky ostenta “tonalidades distintas que hacen interesante la combinación, sobre todo, por contraste”. En esa línea, dice que los quesos son una opción, aunque es preciso identificar las variedades de esta bebida. “El maridaje funciona bien con nueces, piñones, carnes e, incluso, con tonalidades asiáticas”.