Un recorrido por Quebec en cuatro días

Esta ciudad canadiense con aroma francés mezcla lo mejor de lo nuevo y lo viejo. Con sus hoteles de lujo e históricos campos de batalla, es posible recorrer lo mejor de ella en menos de una semana.

Place-Royale (Foto: Will Lew / WST)
Parte del lobby del hotel Le Château Frontenac (Foto: Will Lew / WST)
Una vista a distancia del hotel Fairmont Château Frontenac (Foto: Will Lew / WST)
Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec (Foto: Will Lew / WST)

Por: Redacción Gestion.pe

DÍA 1
El primer día empieza llegando al Aeropuerto Jean Lesage a las 7 p.m. La reseña del Wall Street Journal recomienda hospedarse en el Hôtel Le Germain-Dominion (desde US$235 por noche), que es la remodelación de dos edificios antiguos convertidos en un hotel boutique. Se puede llegar en 20 minutos desde el aeropuerto en taxi.

A las 8 p.m., Café Le Saint-Malo es el lugar ideal para cenar. El menú incluye caracoles finos y un suculento confit de pato. Antes de las 10 p.m. hay que hacer una parada obligada en el Quai Saint-André para ver el espectáculo “The Image Mill”. Es un documental de 40 minutos sobre el pasado, presente y futuro de Quebec. Es un show único que empezará el 9 de setiembre, organizado por el reconocido realizador Robert Lepage.

DÍA 2
En la mañana, la mejor manera de empezar el día es tomando desayuno en el lobby de Le Germain-Dominion. Los crossants de la patisserie Paillard son imperdibles. Entre las 9:30 y 11 de la mañana, aproveche visitar Place-Royale, que es el centro de la ciudad. El Centre d’Interprétation de Place-Royale, donde encontrará información histórica del área. No olvide visitar Notre Dame des Victoires, la iglesia más antigua construida en Canadá. Ha sido renovada constantemente desde su fundación en 1680.

Si realmente quiere disfrutar de la madre de todos los hoteles de Quebec, registre su salida del Germain-Dominion y hospédese en el Fairmont Le Château Frontenac. Ahí podrá reservar una visita a la habitación en la que Winston Churchill y Frankin D. Roosevelt armaron su estrategia de defensa durante la Segunda Guerra Mundial.

Para los amantes del café, Le Nektar (Rue Saint-Joseph 235 Este) es lugar para comprar una de estas bebidas calientes para llevar e ir al Jardin de Saint-Roch: un parque con cataratas construidas con la ayuda de piedras angulares.
A la hora de la cena, L’Affaire Est Ketchup es una opción de lujo. Solo tiene 26 asientos, así que hay que reservar con anticipación. “Lo que le falta al restaurante en espacio, se compensa con la calidad, exuberancia e innovación” de la comida, se lee en el artículo.

DÍA 3
Este día puede visitar La Citadelle, una fortaleza que rodea el Cap Diamant (el cabo en el que está ubicada Quebec). En el año 1600, los franceses tenían construcciones ahí, pero la mayor parte de ella es sobre todo británica, construida en los años 1820 para proteger la ciudad de los norteamericanos. Se requieren visitas guiadas para verla, a US$ 10 por persona.
A la salida de la Citadelle, a la izquierda se encuentra el Promenade des Gouverneurs (Paseo de los Gobernantes). El camino está lleno de conexiones y escaleras de madera. Más tarde, para consumir buena comida, se recomienda ir a Chez Boulay (1110 Rue Saint-Jean). Este nuevo restaurante, cuyos propietarios incluyen a un finalista del programa Les Chefs (versión canadiense-francesa de “Top Chef”).

DÍA 4
El último día en Quebec se puede comenzar trotando hasta las Llanuras de Abraham, donde se escenificó la lucha entre los británicos y los franceses. Esta batalla aseguró la ciudad para la corona británica.

Siguiendo ese camino, pasará por el Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec, de una impresionante arquitectura. Al mediodía, si aún queda tiempo y tiene apetito, puede ir al Brynd Smoked Meat. La decoración no es la mejor, pero la carne es deliciosa. Pida un sándwich acompañado de poutine (papas fritas con salsa y queso).