Omita el matrimonio y solo tenga hijos para… ¿ahorrar dinero?

El autor principal Andrew Cherlin, sociólogo de la Universidad Johns Hopkins, junto con su equipo estudiaron a 9,000 hombres y mujeres jóvenes desde 1997 hasta 2011.

Por: Redacción Gestion.pe

(Bloomberg) Los estadounidenses jóvenes están más dispuestos a tener hijos sin contraer matrimonio que sus compatriotas mayores. No es ninguna sorpresa.

Pero estarían aún más dispuestos a hacerlo en el marco de una fuerte desigualdad de ingresos, según demuestra un estudio revelado hoy en la publicación académica American Sociological Review.

El autor principal Andrew Cherlin, sociólogo de la Universidad Johns Hopkins, junto con su equipo estudiaron a 9,000 hombres y mujeres jóvenes desde 1997 hasta 2011. Cerca de la mitad de los entrevistados, de entre 26 y 31 años de edad en 2011, informaron que tenían al menos un hijo; un 59% de esos nacimientos provino de padres que no se habían casado. Estimaciones previas son consecuentes con los resultados.

Aquí está la diferencia. Cerca de un 80 por ciento de todos los nacimientos de la muestra provino de mujeres sin un título universitario de cuatro años, mientras que las mujeres que vivían en áreas con una alta desigualdad en los ingresos estaban entre un 15 y un 27 por ciento menos dispuestas a casarse antes de tener un primer hijo que las mujeres en áreas con baja desigualdad.

La importancia de ser padres
“Para muchos adultos jóvenes, tener hijos es una de las partes más importantes de sus vidas, que no quieren resignar”, dijo Cherlin. “Preferirían casarse, pero si no ven buenas perspectivas en el matrimonio, seguirán adelante y tendrán hijos de todas maneras. Si esperan demasiado, puede que no tengan hijos”.

Debido a que las parejas no casadas que tienen hijos cuentan con más probabilidades de separarse que las parejas casadas, el resultado puede derivar en inestabilidad para los niños y mayores dificultades para los padres separados.

Al estudiar cómo la desigualdad en los ingresos afecta la decisión de tener hijos, los investigadores analizaron los empleos de personas que no poseían un título universitario de cuatro años, es decir, cerca de un 68 por ciento de los estadounidenses. Los separaron en empleos que más o menos pudieran pagar sueldos para mantener a una familia fuera de la pobreza e hiciesen que los jóvenes consideraran más atractivo el matrimonio. Entre los trabajos postulados, figuraban los de empleados de oficina, trabajadores industriales y guardias de seguridad.

Al otro lado de la moneda estaban los trabajadores de locales de comida rápida, cortadores de pasto y asistentes de jardinería, auxiliares de cuidado infantil y encargados de estacionamientos. Si uno no es considerado como “una persona para casarse”, dijo Cherlin, es más probable que tenga hijos sin contraer matrimonio.

Al realizar su investigación, Cherlin y sus colaboradores utilizaron datos del Estudio Longitudinal Nacional de Jóvenes, llevado a cabo por la Oficina de Estadísticas del Trabajo de Estados Unidos. Seleccionaron personas que tenían entre 12 y 16 años de edad en 1997 y se les hizo un seguimiento hasta 2011, cruzando los datos de las tasas de matrimonio y natalidad con los datos del censo sobre ingresos y empleo.

Cherlin reconoció que los nacimientos no planificados podrían haber afectado sus conclusiones, pero dijo que era más probable que la mayoría de los hijos de parejas no casadas tampoco fueran totalmente planificados o totalmente no planificados.

La alta y la baja desigualdad se midieron como una desviación estándar por encima o por debajo del nivel medio de desigualdad para un área.