La experiencia de la cocina tailandesa: cuando la ciencia está detrás de la mesa

Antes de servir un plato que pueda conquistar el paladar, interviene una mixtura de ingredientes previamente cultivados. En ese ámbito, Tailandia ha dado un paso adelante. Su estrategia involucra la investigación.

Por: Karen Rojas Andia

Desde la clásica sopa de fideos ‘thai’, pasando por lo platos con cerdo, hasta algún wok de verduras salteadas, Bangkok destaca por sus alternativas gastronómicas. La comida tailandesa puede ser intensamente agridulce como picante.

Sus especias, frutas y verduras, dicen los especialistas, son “su fuerte”. Pero detrás del cautivante aroma de la mesa ‘thai’, un ejército de impulsores ha saltado al siguiente nivel: el de concatenar el proceso desde el origen de la materia prima.

Investigación y desarrollo
Muestra de ese esfuerzo es el Instituto Nacional de Tailandia (NFI, por sus siglas en inglés), la plataforma que articula los ministerios de Industria, Agricultura, Ciencia y Tecnología para promover el sector de servicios desde las políticas públicas.

Hoy el país asiático ya cuenta con más de 12,000 locales de cocina ‘thai’ en el mundo y exporta más de US$ 30,000 millones en productos alimentarios. “Se trata no solo de atraer con platos que se puedan disfrutar en el sentido de la decoración o fusión, que ya de por sí proporcionan un valor agregado, sino de que eso se combine con una alta calidad de la materia prima”, declara Yongvut Saovapruk, presidente del NFI. “No es complicado, se hace con ciencia, investigación y tecnología”.

La estrategia tailandesa ha conllevado a emplear un índice geográfico que determina en qué suelos producir ciertos insumos o en qué áreas criar ganado.

“De ese modo sabemos si un suelo es rico en fósforo y hierro, y por tanto ideal para producir coles más nutritivas y de mejor sabor, o si un área de pastoreo tiene suficientes nutrientes como para asentar vacas; y esa materia prima mejorada le brinda valor añadido al plato”, cuenta Saovapruk.

Añade: el Perú tiene bastante habilidad gastronómica, pero hay que considerar la calidad de los insumos en sentido nutricional y de seguridad (por el empleo de químicos, fertilizantes y pesticidas en ciertos cultivos). “El Gobierno puede ayudar a identificar terrenos ricos que brinden valor de origen al producto, no es una inversión tan grande”.

Los demás protagonistas
Coincide con Saovapruk, Alfonso Prada, director general del Servicio Nacional de Aprendizaje de Colombia, en que alrededor de un plato se mueve una producción tan plural que involucra la necesidad de conocer el origen de los insumos.

Es en ese proceso en que intervienen numerosas profesiones técnicas, por lo que la oferta no debiera concentrarse en preparar a futuros chefs. De modo que es preciso, dice Prada, ofrecer también formación agropecuaria, de mesa y bar, entre otros, contribuyendo con la formalización, transferencia de calidad y productividad.

EL DATO
Encuentro. Saovapruk, junto a expertos de otros países, asistió al Primer congreso Internacional de Gastronomía organizado por Apega.