El baile del totó: entre la moda y la realidad en la industria del entretenimiento
¿Long tail o short tail? Este es el ser o no ser de las grandes plataformas de contenidos. Hay un nuevo debate sobre qué es lo que quiere el consumidor.
Por: Redacción Gestion.pe
Hoy vamos a hablar de colas grandes, largas y prominentes. También de colas chicas que no son nada desdeñables. El objetivo de este artículo es entender bien la teoría de las colas que procederé a explicarte a continuación, por supuesto, sin ningún rabo de paja.
Pero antes de que esto se preste a malos entendidos, repasemos juntos lo que significa cola larga o long tail: Kevin Kelly, fundador de la revista Wired, disparó al mundo esta teoría: “La apertura que representa la Internet para todos los creadores que existen en el mundo, democratizará el entretenimiento”. Para muestra un botón : YouTube y sus millones de cargas diarias de creadores de contenido, iTunes con millones de canciones de nuevos autores puestas a la venta, Amazon para que cualquier escritor venda sus libros.
Dicha democratización implicaba que la audiencia consumiera entretenimiento más orientada hacia estos nuevos contenidos, sin tanto interés hacia los block busters. Algunos ya presagiaban las trompetas del apocalipsis para los peces gordos del entretenimiento y los millones de peces en el río saltaban al ritmo de su canción homónima versión Parchís. Sin embargo, la realidad parece muy distinta al vaticinio. Google declaró hace poco, refiriéndose a YouTube:
“Nos gustaría decir que la Internet ha cambiado las reglas del juego y que el long tail es el lugar donde hay que estar, pero la verdad es que la mayoría de nuestro revenue está en el short tail”.
En la industria musical, en los Estados Unidos las cifras hablan por sí solas: De 1.3 billones de copias vendidas, 3 millones y medio de títulos solo venden 1 copia. Cinco millones y medio de títulos venden de 2 a 99 copias.
Sin embargo, 95 títulos pertenecientes al short tail venden 1 millón de copias o más. Netflix no escapa de esta realidad , su dependencia a los block busters en su parrilla y a series premium como “House of Cards”, con millones de dólares por episodio, es absoluta. Por ello, también han reconocido que un modelo anclado en el long tail es insostenible.
El long tail padece de atomización y poca diferenciación. La audiencia sigue buscando y comprando grandes producciones, estrellas y hits.
Como anunciantes, agencias y medios es muy importante ser conscientes de ello. Eso no significa que no le demos espacio a la innovación y perdamos de vista nuevas alternativas , pero lo que no podemos hacer es no mirar la data y menos aún dejarnos llevar por palabras, teorías o ritmos de moda. Eso dejémoslo al “totó.