Al no asumir su responsabilidad con Rusia, el COI debilita la lucha contra el dopaje

La tibieza del COI molesta tanto a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que las federaciones internacionales ya están decidiendo, en virtud del código mundial antidopaje, la selección de los deportistas que pueden o no participar, en base a sus propios reglamentos.

(Foto: Reuters)

Por: Redacción Gestion.pe

(AFP) La pusilanimidad de la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) referente a la participación de los deportistas rusos en los Juegos de Rio debilita la lucha contra el dopaje y pone en aprietos a la AMA, a la que la organización olímpica desea dar más poderes a partir del 2017.

Prueba de debilidad
“El COI no dudará en tomas las sanciones más severas”, anunció su presidente Thomas Bach el pasado lunes, tras la publicación del informe McLaren en que se denunciaba un sistema de dopaje institucionalizado en Rusia.

El COI aplazó su decisión para esperar, la sentencia del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) que finalmente dio la razón a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) cuando excluyó a los atletas rusos de los Juegos de Rio.

La instancia olímpica anunció finalmente que se basaría en su propio reglamento, la Carta que le otorga el poder de invitar o revocar a los Comités Nacionales Olímpicos (CNO).

“En el informe McLaren no existe ninguna prueba contra el CNO ruso (ROC)”, se justificó el domingo el COI para argumentar su decisión de invitar a los rusos, olvidando oportunamente que los dirigentes políticos y administrativos acusados en el informe, entre ellos el viceministro de Deportes Yuri Nagornykh, pertenecen todos al comité ejecutivo del ROC.

“Esta decisión es completamente irresponsable”, reaccionó el presidente de la Federación Francesa de Atletismo Bernard Amsalem, convirtiéndose en portavoz de buena parte del mundo deportivo. “Había que marcar territorio y excluir a los rusos. El COI ha demostrado debilidad, siento vergüenza. Es un día de luto”.

Medidas arbitrarias
Al final, el COI condenó verbalmente, pero pasó la responsabilidad a las Federaciones Internacionales de excluir o no a los deportistas rusos, en base a unos criterios arbitrarios.

Así, por ejemplo, un deportista ruso que haya dado positivo hace una década y que ya haya cumplido su pena se queda fuera de los Juegos, una medida que no se aplica a deportistas de otros países en las mismas circunstancias.

La tibieza del COI molesta tanto a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que las federaciones internacionales ya están decidiendo, en virtud del código mundial antidopaje, la selección de los deportistas que pueden o no participar, en base a sus propios reglamentos.

La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) ha excluido a los rusos, la IWF (halterofilia) a los búlgaros y la ICF (canotaje) a los bielorrusos y rumanos en base a sus reglamentos.

Actualmente “pedir a las federaciones internacionales que seleccionen a los deportistas rusos en función de criterios ya decididos va a llevar inevitablemente a una falta de armonización, a eventuales recursos y a una menor protección de los atletas limpios”, declaró preocupado el director general de la AMA, Olivier Niggli.

“Es frustrante que el COI pase el relevo a las federaciones que pueden que no tengan ni la experiencia apropiada ni la voluntad colectiva de actuar”, incidió el patrón de la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA) Travis Tyggart, que calificó esta situación como “un desastre confuso”.

Como comparar el voluntarismo del atletismo o de la halterofilia con la impasibilidad del judo, cuyo presidente Marius Vizer, un allegado a Vladimir Putin, siempre apoyó a Rusia y nunca se mostró dispuesto a practicar controles adicionales.

Mala señal
Más allá de las medidas impuestas por el COI a las federaciones, por otra parte inaplicables dado que los Juegos comenzarán el 5 de agosto, las señales enviadas a los deportistas son desastrosas, sobre todo en lo referente a los ‘arrepentidos’ o aquellos que denunciaron prácticas dopantes.

Impidiendo su participación en Rio a Yuliya Stepanova, bajo el pretexto de haber dado positivo en el pasado, el COI golpea con fuerza contra una de las políticas de la AMA: la defensa de los ‘arrepentidos’.

“Yuliya Stepanova ha contribuido con valentía a hacer público el mayor escándalo de dopaje de todos los tiempos”, comentó Olivier Niggli, precisando que la AMA está “muy preocupada por el mensaje enviado (exclusión de los Juegos) a los futuros denunciantes”.

El futuro de la AMA
Las relaciones entre el COI y la AMA (financiada a medias por el movimiento olímpico y por los Estados miembros) se han enfriado tras este asunto.

La AMA, por medio de su patrón Craig Reddie, también vicepresidente del COI, se ha mostrado “decepcionada” por el hecho de que la institución olímpica no haya hecho caso a sus recomendaciones, fundamentadas en las conclusiones del informe McLaren que daña seriamente los principios de un deporte limpio”.

La AMA expresó también públicamente una falta de apoyo que parece crucial en vísperas de un cambio importante impulsado por el COI, que a partir del 2017 trasferirá a la agencia una gran parte de las responsabilidades de la lucha contra el dopaje que actualmente son responsabilidad de las federaciones para evitar conflicto de intereses, muy evidentes en el caso de Rusia.

La AMA ya ha comenzado a trabajar en este futuro y ya ha manifestado que necesitará mucho más dinero (actualmente tiene un presupuesto de 27 millones de euros) y mayor independencia, puesto que la agencia actualmente solo puede emitir ‘recomendaciones’, totalmente ignoradas en el caso de Rusia.