Este informe de Richard McLaren reveló los engranajes de un sistema de dopaje de Estado instaurado en Rusia del 2001 al 2015, con la ayuda de los “magos” de los servicios secretos rusos.

En la víspera de la ceremonia de inauguración, el presidente del Comité Olímpico Ruso, Alexander Zhukov, dijo que los 271 deportistas rusos están admitidos.

La tibieza del COI molesta tanto a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que las federaciones internacionales ya están decidiendo, en virtud del código mundial antidopaje, la selección de los deportistas que pueden o no participar, en base a sus propios reglamentos.