Michelle Bachelet se alista para investidura presidencial en Chile
La electa mandataria chilena asumirá mañana la Presidencia de su país en lo que será su segunda administración. La ceremonia contará con la presencia de varios jefes de Estado de la región, entre ellos Ollanta Humala.
Por: Redacción Gestion.pe
Santiago (Reuters).- La socialista Michelle Bachelet asumirá mañana la presidencia de Chile con la promesa de acortar la brecha entre pobres y ricos en una de las naciones más estables de América Latina, mediante una ambiciosa agenda de reformas económicas y sociales.
Bachelet, de 62 años, se convertirá en la primera mandataria en gobernar por segunda vez en Chile desde el fin del régimen de Augusto Pinochet, tras conseguir una victoria aplastante en las elecciones de diciembre pasado que ha generado altas expectativas entre los ciudadanos.
La presidenta electa, que estuvo al frente del país entre el 2006 y 2010, ha prometido aumentar los impuestos a los empresarios para financiar una reforma educacional y busca cambiar la Constitución heredada de la dictadura, junto con mejoras a la salud, entre otros desafíos.
“Desde el día uno trabajaré para cumplir los compromisos que tomamos (…) creo fuertemente en el diálogo, no para obstaculizar o posponer, sino para alcanzar un país justo, solidario, inclusivo y donde todos sintamos que podemos vivir mejor”, dijo recientemente Bachelet a un canal de televisión.
Pese al fuerte respaldo del electorado, Bachelet no tendrá en el Congreso la sólida mayoría necesaria para llevar adelante todas las reformas comprometidas, por lo que deberá demostrar habilidades para tejer alianzas con la oposición y para enfrentar una economía en desaceleración y estrechez fiscal.
El regreso de Bachelet no representa un giro radical hacia la izquierda ni tampoco un cambio en el rumbo de la sexta mayor economía de la región, que en los últimos cuatro años estuvo gobernada por el mandatario de centroderecha, Sebastián Piñera.
Bilaterales en antesala
Bachelet se sumará a otras mujeres líderes de la región, como la presidenta brasileña Dilma Rousseff y la argentina Cristina Fernández, quienes asistirán a la ceremonia de asunción en la sede del Congreso en el puerto de Valparaíso.
En la antesala de su investidura, la mandataria electa planea reunirse el lunes en Santiago con Rousseff y Fernández por separado, en lo que será una maratónica jornada de bilaterales que partirán con el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
La autoridad estadounidense podría cruzarse en el acto de juramento de Bachelet con el mandatario venezolano Nicolás Maduro, quien se espera asista a la ceremonia tras recientes semanas de violentas protestas antigubernamentales que han dejado al menos una veintena de muertos y cientos de heridos.
Estados Unidos y varios países de la región han manifestado su preocupación por la situación político y social en Venezuela. La asistencia de Maduro en Chile es rechazada por los partidos de centro derecha.
Con una mirada más conciliadora, Bachelet ha manifestado que la situación en Venezuela debe ser vista en su conjunto.
“Así como nosotros siempre vamos a buscar aportar que los Derechos Humanos sean realmente garantizados, no nos parece adecuado que pueda haber acciones violentas buscando desestabilizar un gobierno democráticamente elegido”, dijo Bachelet.
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) abordará el miércoles en Chile la situación política que vive Venezuela, pero el encuentro será a nivel de cancilleres a pesar de la insistencia de Maduro en que los mandatarios de la región se reúnan para mostrar su apoyo a su gobierno.
Otra de las reuniones que sostendrá Bachelet será con su homólogo peruano Ollanta Humala, ocasión en que se buscará reafirmar el compromiso de cooperación entre ambas naciones, tras el reciente fallo de una corte internacional que fijó los límites marítimos entre ambas naciones.
Bachelet seguramente tratará con Humala y los presidentes de México y Colombia el papel que jugará Chile en la Alianza del Pacífico, pero también en otras instancias como el Mercosur y el Transpacífico, en un intento por balancear su presencia en los diferentes bloques comerciales.