Evo Morales pierde toda esperanza de ganar referendo para la reelección

Este martes temprano, el presidente de Bolivia, Evo Morales, había expresado su esperanza de que los votos de comunidades indígenas apartadas, aún no contabilizados, puedan revertir la tendencia de los resultados.

(Foto: Reuters)

Por: Redacción Gestion.pe

(AFP) La esperanza del presidente boliviano Evo Morales de ganar el referendo por la reelección se desvanecía este martes a medida que se acercaba a su conclusión el lento escrutinio, en el que la opción del No ha llevado siempre la ventaja.

Según la autoridad electoral, con 91.1% escrutado, la opción del No sumaba 52.3% frente al 47.7% para el Sí.

Hasta el momento el proceso se desenvuelve en tranquilidad y la misión electoral de la OEA hizo un llamado a “las fuerzas políticas a aceptar los resultados que entrega el Órgano Electoral Plurinacional, única autoridad competente para esta tarea”.

También resaltó que el escrutinio “está llevándose a cabo con la presencia de delegados del Sí y del No, lo que garantiza la transparencia de los procedimientos”.

El martes temprano, Morales había expresado su esperanza de que los votos de comunidades indígenas apartadas, aún no contabilizados, puedan revertir la tendencia de los resultados.

Pero más tarde, Morales reconoció que “si ganamos será por pocos votitos, si perdemos será por pocos votitos”. Y sostuvo que “después de diez años (en el poder), la mayoría sigue apoyando el proceso”.

Aunque la tendencia de los resultados seguía siéndole adversa, Morales que gobierna desde el 2006 con el apoyo de una gran base social de indígenas y sectores populares se mostró distendido la tarde del martes jugando un partido de fútbol en una comunidad rural de La Paz.

La víspera, el presidente aseguró que respetará los resultados definitivos. Una victoria en este referendo permitiría a Morales postularse a un cuarto mandato, hasta el 2025.

En la antesala de conocerse el resultado final del referendo del domingo, las ciudades bolivianas estaban en calma y las actividades cotidianas eran normales este martes.

Salvo un pequeño grupo de activistas que la noche del lunes hizo un plantón de pocas horas frente al centro de cómputo electoral, no hubo ningún otro incidente.

Según el analista independiente Andrés Torres, en entrevista con la AFP, por más que Morales triunfe ajustadamente, el resultado lo deja “vulnerable a los ataques de la oposición, que buscará que su gestión (que concluye en el 2020) no termine en los mejores términos, para que no pueda volver” a postularse.

El politólogo Jorge Lazarte, exvocal del Tribunal Electoral, consideró que el resultado corrobora que “una parte del país le dijo basta” a Morales, lo que le obligará a consensuar sus políticas en adelante.

Si se confirma la tendencia del voto, sería la primera derrota electoral directa de Morales en sus diez años en el poder, aunque en el 2015 su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), perdió plazas clave en los comicios municipales de ese año.

Corrupción
En las últimas semanas la situación se complicó para el mandatario indígena de 56 años, afectado por un escándalo de supuesto tráfico de influencias en favor de la empresa china CAMC, en la que su expareja Gabriela Zapata trabaja como gerente comercial.

La firma logró contratos públicos por unos US$ 560 millones en Bolivia y el caso es investigado en el Congreso. Morales rechazó las acusaciones.

La imagen de Morales empezó a desgastarse progresivamente desde el año pasado, salpicada además por un escándalo que involucra a decenas de líderes campesinos, algunos cercanos a él, investigados por un fraude de US$ 2.5 millones a un fondo de fomento.

Según la consultora internacional de riesgo político Eurasia Group, es poco probable que una eventual derrota de Morales provoque inmediatamente una radicalización de posiciones en el país.

“Tanto desde el punto de vista político y económico, es probable que la trayectoria de Bolivia sea de estabilidad en el corto plazo. Tampoco se ve una Bolivia afectada por crisis económica”, dijo.

Esto se debe en buena medida a que Morales impulsó el crecimiento del país, tras nacionalizar los hidrocarburos en mayo del 2006, en manos hasta entonces de una docena de compañías extranjeras, y logró así abultar ostensiblemente los ingresos del fisco.