Donald Trump usa a Carrier y a Ford para transmitir mensaje

Muchos especialistas dicen que, si bien ese abordaje individual puede salvar algunos empleos, es probable que no baste y que sea demasiado tarde para revertir la declinación del empleo manufacturero en los Estados Unidos.

Por: Redacción Gestion.pe

(Bloomberg) Atención, empresas estadounidenses. Ha vuelto la persuasión presidencial.

Donald Trump ni siquiera ha asumido aún la presidencia, pero en apenas 12 días obtuvo dos victorias en lo relativo a conseguir que grandes compañías estadounidenses –Ford Motor Co. y Carrier Corp.- mantengan los empleos de manufactura en su país.

Independientemente de lo sustanciales que resulten ser los acuerdos, la estrategia indica que el hombre que se jacta de ser un gran negociador utilizará su posición para convencer a las empresas de que sigan la línea del gobierno, lo que recuerda las pasadas políticas intervencionistas de Lyndon Johnson, John F. Kennedy y Teddy Roosevelt.

Muchos especialistas dicen que, si bien ese abordaje individual puede salvar algunos empleos, es probable que no baste y que sea demasiado tarde para revertir la declinación del empleo manufacturero en los Estados Unidos.

Peor aún, para las compañías que queden en la mira de Trump, los riesgos abundan. En primer lugar, ninguna compañía ni máximo responsable quiere ser un blanco público de la ira del presidente. (Carrier ni siquiera tuiteó sobre las conversaciones antes de llegarse a un acuerdo.)

Por otra parte, aunque se les otorguen incentivos económicos para mantener los empleos en el país, las empresas podrían verse atrapadas en una situación de uso de tecnología anticuada a un costo elevado, lo cual las pondría en desventaja respecto de rivales que han trasladado empleos a países de bajos costos.

“Si el Congreso quiere erigir algún tipo de Muro de Berlín económico que impida que las compañías estadounidenses establezcan activos productivos en el exterior, que apruebe una ley”, dijo Daniel Griswold, un investigador del Mercatus Center de la Universidad George Mason. “Pero el presidente no puede intimidar a las compañías estadounidenses para que se retiren de las cadenas mundiales de aprovisionamiento y de los mercados globales”.

Apple, Oreos
Trump hizo de la reversión de la pérdida de empleos manufactureros uno de los ejes de su campaña presidencial y entusiasmó a multitudes en el Medio Oeste con promesas de renegociar o retirarse de acuerdos comerciales e imponer aranceles a las importaciones de ser necesario.

Es probable que no sea casual que Ford y Carrier, una unidad de United Technologies Corp., sean las primeras en anunciar su retirada de México. Fueron dos de los blancos favoritos de Trump, junto con Mondelez International Inc., la empresa productora de las galletas Oreo, y Apple Inc.

Mike Mitchell, un vocero de Mondelez, dijo que la compañía ha gastado US$450 millones desde 2012 para modernizar las fábricas locales y que sigue “dispuesta a invertir en nuestra red de manufactura en los Estados Unidos donde tenga sentido hacerlo, en tanto buscamos ser más eficientes, efectivos y competitivos”. Apple dijo que estaba “invirtiendo mucho en innovación y empleos estadounidenses”.

El acuerdo Trump-Carrier, que se anunciará oficialmente el jueves en Indianápolis, implica que Carrier mantendrá unos 1.000 empleos en una fábrica de Indiana, dijo la compañía en una declaración a última hora del miércoles. Los incentivos que ofreció el estado fueron “un elemento importante”, dijo, sin dar detalles.

El traslado de las operaciones le habría ahorrado a la compañía unos US$65 millones anuales, lo que se traduce en un aumento de las ganancias relativamente insignificante de 2 centavos de dólar por acción, dijo Howard Rubel, un analista de Jefferies. Trump ha asegurado muchas veces que reducirá los impuestos empresariales y las regulaciones a los efectos de impulsar el crecimiento.