Editorial de Gestión: Los 4,102 golpes

Los encargados de los paquetes incentivadores de la inversión privada parecen no haber evaluado el problema de la tramitología en su verdadera dimensión.

Por: Redacción Gestion.pe

TRAMITOLOGÍA. Y luego uno se pregunta por qué no avanzan los megaproyectos. La Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN) informa que la empresa concesionaria del Gasoducto Sur Peruano (GSP) se prepara para tramitar 4,102 permisos confirmados –y otros más por confirmar–, los cuales están vinculados unos con otros, se sobreponen e involucran a gran cantidad de entidades públicas.

Hay de todo, desde los relacionados con recursos naturales y transporte –que representan el 46% del total–, hasta con telecomunicaciones, salud, patrimonio cultural, uso del recurso hídrico y certificaciones ambientales, entre otros.

Un proyecto como el GSP, que requerirá una inversión de US$ 3,600 millones para su puesta en marcha y un monto similar para su operación durante los 30 años de concesión, no debe demorarse por causa de las exigencias exageradas e inútiles de la burocracia estatal.

Es de suponer que otros proyectos de gran envergadura, como la Línea 2 del Metro de Lima, afrontan obstáculos parecidos. Y para sortearlos, tendrán que distraer recursos y tiempo (ya que las autoridades no se lucen por respetar plazos sino todo lo contrario), lo cual incidirá negativamente en la estructura de costos de las obras.

Si AFIN se ha tomado el trabajo de contabilizar y ordenar los trámites según el tipo y sector, imaginamos que en el Ejecutivo estarán ávidos por conocer la lista al detalle y comenzar a reducirla significativamente.

Muchas veces hemos oído las quejas de los empresarios por la excesiva ‘permisología’, que también afecta a actividades clave como la exportación, pero los encargados de los paquetes incentivadores de la inversión privada parecen no haber evaluado el problema en su verdadera dimensión.

A mediados de agosto, el entonces ministro de Economía, Luis Castilla, informó que se realizaba una “revisión exhaustiva” de los principales megaproyectos con la finalidad de agilizar su ejecución.

Ha pasado mes y medio del anuncio, y hacemos votos para que su sucesor, Alonso Segura, le otorgue un nuevo impulso a esta tarea y muestre sus primeros resultados dentro de poco. La burocracia no puede seguir entorpeciendo la iniciativa privada.