Un mini boom inmobiliario comienza a tomar forma en Venezuela
Ante la prohibición de sacar su dinero del país, firmas estadounidenses han optado por adquirir inmuebles comerciales. Se estima que en unos años el valor de los mismos incrementará.
Por: Redacción Gestion.pe
La medida del gobierno venezolano que prohibe a las empresas extranjeras sacar su dinero del país las ha dejado atadas de manos para repatriar su efectivo. Frente al riesgo de perder sus ganancias, éstas han tenido que tomar “medidas creativas”, dice al WSJ Rubén González, socio senior en la firma inmobiliaria Binswanger Venezuela. “Los bienes raíces que mantienen su valor son la opción preferida”.
De tal manera, compañías como DirecTV, Avon Products Inc. y Marsh Inc. han optado por adquirir edificios en dicho país, a pesar de que la inestabilidad del régimen y los antecedentes en torno a la confiscación de propiedades señalarían a Venezuela como un lugar poco atractivo para la compra de inmuebles.
No obstante, en un contexto en el que la inflación avanza a pasos acelerados (supera una tasa anual de 40%), las entidades bancarias no están dispuestas a pagar más del 10% sobre los depósitos y la amenaza de la devaluación del bolívar, las empresas extranjeras apuestan cada vez más por los bienes raíces ante el temor de que el valor de su dinero erosione.
Mientras tanto, una disparidad entre las tasas de cambio oficial y real conlleva a suponer que el valor de los inmuebles incrementará en los siguientes años.
Esto sumado a lo expuesto en líneas anteriores ha propiciado que las referidas firmas pongan sus ojos sobre los inmuebles comerciales, debido a lo cual un mini boom inmobiliario ya esta tomando forma sobre todo en Caracas.
Otras alternativas
En circunstancias en que las empresas no nacionales necesitan con urgencia mantener el valor de sus ganancias, la compra de oro también puede representar una buena opción, la desventaja radica en la complejidad del proceso y la desconfianza de los funcionarios.
Los bonos del gobierno venezolano están en lista dado al pago de altos retornos, pero tal como menciona WSJ en un artículo implican cierto riesgo por la incertidumbre política y el creciente déficit fiscal.
Por último, un atractivo limitado supone la compra de propiedades residenciales para ofrecerlas en alquiler, puesto que las leyes vigentes favorecen especialmente a los inquilinos.