Edificio más extravagante de Nueva York es visto con una nueva mirada
El Dakota, situado en la esquina de 72nd Street y Central Park West, fue uno de los primeros edificios de departamentos de lujo en Nueva York y ciertamente el más ostentoso.
Por: Redacción Gestion.pe
(Bloomberg Business).- El sitio Web del 432 Park Ave., la aguja residencial más grande del Hemisferio Occidental y la inversión más reciente en Manhattan para los súper-ricos, hace alarde de los accesorios del edificio: sala de billares, un spa y departamentos con paneles de mármol y vistas extraordinarias. Suena fantástico. Lástima que otro ícono de Nueva York se le adelantó… 131 años.
El Dakota, situado en la esquina de 72nd Street y Central Park West, fue uno de los primeros edificios de departamentos de lujo en Nueva York y ciertamente el más ostentoso.
La lista de características que figuran en un próximo libro del historiador Andrew Alpern, “The Dakota: A History of the World’s Best-Known Apartment Building”, haría llorar al neoyorquino medio: canchas de tenis, escaleras de mármol, comedores con paneles de caoba y roble, techos de 14 pies (4,26 metros), chimeneas ornamentadas y, naturalmente, las vistas a Central Park.
El libro está repleto de planos de los pisos originales, imágenes históricas de los interiores y perfiles de los numerosos residentes notables del edificio a lo largo de los años.
Lo irónico es que cuando se concluyó en 1884, a diferencia de 432 Park Ave., el edificio no tenía en la mira a los súper-ricos –fue construido y comercializado para una clase media alta con aspiraciones. La primera lista registrada de residentes menciona a agentes de bolsa, abogados, fabricantes de productos secos y a Mr. Albert Griesbach, cuya ocupación declarada era “ropa de cama”. Las rentas variaban entre US$ 1,000 y US$ 5,600 anuales.
(El calculador de la inflación de la Oficina estadounidense de Estadísticas del Trabajo se remonta sólo hasta 1913, cuando US$ 1,000 equivalían a US$ 24,000 a dólares actuales.) A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, los primeros siete pisos fueron diseñados originalmente para los habitantes del edificio, en tanto el octavo y el noveno –más calurosos, de acceso más difícil y, como consecuencia del techo inclinado, de menor altura –se reservaban como departamentos para el personal.
En su encantador libro de 1979, “Life at the Dakota, New York’s Most Unusual Address”, Stephen Birmingham escribió, con respecto al noveno piso, “daba la sensación de haber abandonado completamente el Dakota y Nueva York, para ingresar en los pasadizos de algún hotel extraño y venido a menos del área central de Inglaterra”.
En lo que constituye sin duda uno de los mejores eufemismos en la historia de la arquitectura, Birmingham también señala que el noveno piso se había ido convirtiendo en hogar de muchos “jóvenes transitorios con ambiciones teatrales”.
Fue a comienzos de los años 1960, cuando el Dakota pasó a ser un edificio en cooperativa y en los años subsiguientes, sus residentes fueron Lauren Bacall, Leonard Benerstein, Rudolph Nureyev, Judy Garland, y probablemente los más famosos, John Lennon y Yoko Ono; el edificio comenzó a adquirir estatuto de culto.
La película “El bebé de Rosemary”, que usó tomas del exterior del Dakota y mostró a una Mia Farrow de 19 años corriendo por sus pasillos palaciegos (aunque esas escenas se filmaron en otra parte), dieron solidez a la fama del edificio. El asesinato de Lennon, que ocurrió en el arco del edificio cimentó su infamia.
En cierto modo, la historia del Dakota, contada a través del libro de Alpern, es la misma historia que la de Nueva York.