Nueva oportunidad para acusación contra Nestlé y Cargill en EE.UU.

Los demandantes alegan que las compañías deberían haber sabido que sus proveedores recurrían a prácticas de trabajos forzados.

(Foto: AP).

Por: Redacción Gestion.pe

Bloomberg.- Seis personas que de niños fueron obligados a trabajar como esclavos recolectando vainas de cacao tienen una segunda oportunidad para enfrentarse a algunas de las principales productoras de chocolate del mundo ante un tribunal estadounidense.

Los demandantes alegan que las compañías deberían haber sabido que sus proveedores recurrían a prácticas de trabajos forzados.

Los individuos han pedido a un juez federal en Los Ángeles que permita que el caso de 12 años siga adelante, pese a que el presunto cautiverio tuvo lugar en el país africano de Costa de Marfil.

Éstos sostienen que los empleados de Nestlé SA y Cargill Inc. en Estados Unidos tenían constancia del uso de los trabajos forzados, pero no tomaron medidas para evitarlo, por lo que deberían poder denunciar estas prácticas ante un tribunal estadounidense.

Permitir que la denuncia por abusos de derechos humanos de antiguos esclavos de otros países proceda en Estados Unidos supondría un cambio frente a los precedentes que multinacionales como Chevron Corp. o Coco-Cola Co. ganaron durante años.

Si Nestlé y Cargill no consiguen que se desestime su caso, otras empresas podrían enfrentarse a una nueva ola de costosas y prolongadas demandas por supuestas infracciones de proveedores.

“Puede verse que esto podría abrir las puertas a una ola de casos nuevos”, dijo John Bellinger III, abogado de la Cámara de Comercio estadounidense, quien solicitó sin éxito al Tribunal Supremo que bloqueara la revisión de la demanda de estos seis individuos.

Por su parte, Nestlé y Cargill mantienen que una serie de fallos del Tribunal Supremo prohíben a individuos de nacionalidad extranjera denunciar casos de derechos humanos de acuerdo con una ley que ha permanecido inactiva durante casi 200 años, hasta que algunos activistas la invocaron en demandas por abusos en lugares como Colombia, Nigeria y Myanmar.

Terry Collingsworth, defensor de los trabajadores de las plantaciones de cacao, mantiene que los jueces dejaron suficiente margen para presentar una demanda si hubo suficiente apoyo e incitación a las prácticas desde Estados Unidos.

“La decisión para seguir aprovechando la mano de obra barata se dio aquí”, señaló Collingsworth. “Controlaban el mercado desde aquí”.

El negocio estadounidense de la suiza Nestlé mantiene que las acusaciones carecen de fundamento porque no se alega que haya sido propietario de cultivos en el país, que contratase agricultores o que tuviese operaciones en Costa de Marfil.

Nestlé dijo que sus políticas para reducir la explotación infantil no son, como mantiene los demandantes, prueba de su complicidad.

“Los demandantes no pueden transformar los esfuerzos de Nestlé para generar un cambio social positivo en una conducta ilegal porque ellos así aducen”, manifestó la empresa. Cargill presentó un argumento similar y manifestó que las alegaciones son improcedentes.

Más de 1 millón de niños, en ocasiones de hasta cinco años de edad, recolectan vainas de cacao y las abren en Costa de Marfil, a veces bajo condiciones peligrosas. Miles de niños, algunos captados mediante “localizadores” y vendidos en esclavitud, trabajan en condiciones especialmente peligrosas, según la demanda.

Los seis demandantes fueron llevados desde Malí a Costa de Marfil y vendidos a plantaciones en la década de 1990, según la demanda. Los niños trabajaban 14 horas por día bajo la vigilancia de guardias armados sin recibir remuneración durante seis días a la semana.

Dormían en el suelo o en habitaciones con cerrojo y sólo recibían restos de comida. Los que intentaban escapar recibían palizas o se les obligaba a beber orina. Según uno de los demandantes, a algunos se les hacían cortes en los pies que eran rociados con sal y pimienta.