La comida, el paladar y una caja de vino: la historia de cómo llegó Luigi Bosca al Perú
ENTREVISTA. Alberto Arizu, gerente comercial de bodega Luigi Bosca – Familia Arizu. La marca espera el próximo año elevar en 15% su exportación a Perú. Directivo señala que Lima es un punto de exhibición de sus etiquetas.
Por: Raúl Castro
Hace más de 20 años, Alberto Arizu ya visitaba el Perú, cuando otros empresarios vitivinícolas argentinos llegaban a Estados Unidos o Europa, dos de los mercados más grandes del planeta, para vender sus vinos.
Alberto Arizu es el gerente comercial de la Bodega Luigi Bosca – Familia Arizu. Ya son cuatro generaciones de su familia vinculadas a las fértiles tierras del vino argentino.
“Cuando yo empecé a venir a Perú me preguntaban qué hacía allí, que lo que debía hacer era buscar mercados en Estados Unidos e Inglaterra. Pero mi padre me dijo que cualquier pueblo que sabe de comida, tarde o temprano tendrá al vino como parte de sus necesidades básicas, de sus gustos, de sus apetencias. Eso ha sucedido en el Perú. En Perú me impresionaba lo que sabía la gente de comida, sin que hubiera el boom que hoy existe. En Argentina hay gente que come, pero no sabe de comida”, detalla.
¿Notó que a esa comida le faltaba un acompañamiento?, preguntamos. “Sí, porque ustedes no tomaban vino, pese a tener una comida fantástica (…) En este mundo de los vinos todos los días se aprende algo, ustedes y nosotros estamos aprendiendo”.
Una caja, un comienzo
En esos eternos viajes conoció a Héctor Banchero Hanzo, con quien ahora es amigo, y también conoció a Héctor, su hijo, a quien le enseñó el mundo del vino.
La relación comercial se hizo con paciencia. El empresario argentino recuerda que Casa Banchero, el importador y distribuidor exclusivo de sus vinos, primero importó una caja con 12 botellas, luego fueron 600 y ahora llegan a 15,000 anuales. Todas las etiquetas están presentes en el Perú.
¿Desde hace cuándo están presentes en Perú?
Estamos llegando a 20 años. Es una de las relaciones comerciales más antiguas que tiene la bodega. Exportamos a 60 países y para nosotros, Latinoamérica fue desde el comienzo muy importante. Hoy somos una de las bodegas líderes de América Latina, claro que en el segmento premium, que es al que nos dirigimos.
¿El Perú se ha vuelto un mercado más competitivo entre las propias marcas argentinas?
Hay muchos competidores argentinos, pero no diría que el mercado esté saturado. El Perú es el único país en el mundo en el que los vinos argentinos son el número uno, en Brasil somos segundos luego de Chile, en Estados Unidos somos cuartos.
¿Cuál es la proyección de exportación de cajas para el próximo año?
Hoy exportamos 15,000, podemos tener un crecimiento de 10% a 15%.
¿Lima es como una vitrina para sus vinos?
Es un mercado de exposición importante, sobre todo para el público europeo y americano. Quizá es demasiado su inclinación por el vino tinto, cuando el blanco iría muy bien con una comida que recoge los frutos del mar.
¿El plan de expansión en Perú es por los vinos blancos?
Eso es muy difícil, una marca no puede ir contra la corriente, tratamos de que Casa Banchero tenga nuestros mejores vinos en stock. Pese a que el 25% de nuestra producción son vinos blancos, tratamos de que tengan la misma importancia que los tintos.
¿Cómo enfrentar a esa competencia?
Yo siempre digo a la gente que este es un mercado que no perdona, que toma mucho tiempo consolidar a una marca.
¿Por qué es complicado consolidarse?
Porque debe haber millones de marcas y los estímulos de cada una de ellas son enormes. Los atributos de los vinos son en gran parte emocionales e irracionales. Hay pocos atributos que la gente puede recibir de manera racional. Lo único que te da prestigio es la consistencia en el tiempo. Luigi Bosca tiene 115 años, nunca hemos cambiado nuestra política, siempre hemos limitado nuestra producción, eso es lo que la gente valora.
Etiquetas indomables
En el 2007, la prensa argentina volvió a mirar la bodega Luigi Bosca, pues no solo lanzó una nueva línea: Icono, sino que esta se convirtió en el vino más caro hecho en el país.
De esta etiqueta solo se producen 7,000 botellas al año, afirma Arizu. Estas pocas son repartidas en sus 60 países. En Lima, una botella llega a costar US$ 250.
¿La gente está dispuesta a pagar más por un vino?
De hecho. Un dato simple: Argentina solo en el último año creció en precio promedio de exportación a Perú más de un 20% y viene creciendo sistemáticamente desde hace diez años. La gente consume más y mejor y aparecen nuevos consumidores. Esos son los factores más importantes. La estrategia es estar presente en los nuevos consumidores y, por otro, explotar nuestra marca en los que ya beben vinos.
¿Cuántas son las bodegas en Argentina con las que compiten?
Hay 1,341 bodegas. Cerca de 800 producen sus vinos y los venden, hay 350 que deben exportar. Hace treinta años en Argentina se consumía más vino que leche. Pero el consumo ha cambiado, la vida ha cambiado. El consumo se ha reducido en cantidad y se ha elevado en calidad.
¿Eso es un fenómeno mundial?
En América Latina estamos aún en una etapa de crecimiento.
Tierra y sabor
Alberto Arizu ha tenido un viaje agitado desde Buenos Aires. El directivo de la bodega Luigi Bosca, que fundara también su bisabuelo, visita regularmente los mercados en los que sus vinos están presentes.
En las oficinas de la Casa Banchero ,en Miraflores, hay esta mañana no solo el brillo de sus joyas, sino la suavidad de las botellas de Luigi Bosca.
La llegada del ejecutivo se produce a pocas semanas del último Alta Gama Wine Fest. Allí hubo 800 vinos premium, producidos por más de medio centenar de bodegas. Sus botellas estuvieron presentes. “Hace casi 115 años producimos vinos”, destaca.
El ejecutivo es bisnieto de Leoncio, fundador de la bodega que hoy posee 700 hectáreas esparcidas en las prolijas tierras de Mendoza, en Argentina. Hay, además, un vino torrontés cuya uva se la compran a un productor de Salta.
¿Evalúan comprar más tierras fuera de Argentina?
Es una posibilidad que no descartamos, pero, hoy por hoy, estamos enfocados a comprar más tierras en Argentina, sobre todo dentro de Mendoza. Allí hay muchas zonas no exploradas y no se les ha dado la magnitud debida. Hace 15 años hemos empezado a investigar nuevas zonas y variedades. Tres de nuestros últimos vinos responden a esa investigación.
El malbec es su cepa representativa, ¿pero qué tanto se consume en el mundo?
De las variedades tintas es el cabernet sauvignon, el malbec es solo el 3% del consumo mundial.
Pero el consumo se eleva en Sudamérica…
Claro, por la cercanía de Argentina, que tiene cerca de 35,000 hectáreas. Esto ha impactado en la preferencia de los argentinos y de la región. No existe ningún otro país del mundo que tenga una asociación tan directa como Argentina con el malbec. Es casi un milagro.
ANÁLISIS
José Bracamonte, sommelier y bloguero de Gestion.pe
EL PRECIO Y EL VALOR
Una parte crucial de la producción de un vino es el lugar escogido para sembrar. El hombre elige la cepa y la deposita en el microclima más perfecto. De ahí crecerá y se adaptará de tal forma que nos ofrecerá un vinazo que bajo ciencia se convertirá luego de varias décadas en el viñedo premiado, así nacen los de alta gama.
Solo ahí el sexto sentido del enólogo define como un sastre adulto la barrica, sea nueva o usada, el bosque más apropiado, todo marca el norte con buen futuro. Luego vienen los reconocimientos, premios, el ranking le da el mejor puntaje. El linaje se plasma. La demanda sube, lo premium se siente. Y, por supuesto, el precio sube. Cada sorbo vale la pena.
HOJA DE VIDA
Nombre: Alberto Arizu.
Profesión: Ingeniero agrónomo.
Estudios: Universidad Nacional de Cuyo, la United State International University of San Diego y cursó el Programa de Desarrollo Directivo del IAE, Universidad Austral.
Otros cargos: Representante argentino ante la Organización Internacional del Vino (OIV) en el área Denominaciones de Origen y es presidente de la Denominación de Origen Controlada (DOC) Luján de Cuyo desde el año 1991.
Estado civil: Casado y es padre de cinco hijos.
LAS CLAVES
Casa Banchero. Luigi Bosca tiene dos marcas: una homónima y otra es Finca La Linda. Entre ambas hay más de una veintena de etiquetas.
De los 60 países donde Luigi Bosca está presente, Perú es el séptimo en importancia y en la región es el tercero después de México y Brasil.
En los ochenta, la bodega avanzó en su ampliación y fue la protagonista principal de la creación de la Denominación de Origen Controlada Luján de Cuyo, una de las zonas donde se producen sus etiquetas.
Actualmente producen 8 millones de botellas de vino, de los cuales un 60% se vende en el mercado externo, principalmente en Estados Unidos, Canadá y Brasil.
La mirada de Banchero
Héctor Banchero Herrera afirma que en el Perú los jóvenes ya están mirando el vino como una opción. No solo lo están mirando, se corrige el ejecutivo, sino que ya lo están consumiendo.
“El joven está cambiando, sobre todo en un segmento A/B”, añade. Refiere que está dejando de tomar otros licores y –en el caso del vino- elevando el ticket promedio de su consumo.
Afirma que en el segmento medio, lo que está pasando es que se está dejando de consumir los vinos tradicionales y dulces peruanos por botellas argentinas y chilenas. “La gente está dispuesta a pagar más por una botella”, concluye.