UCAL: Estereotipos de padres son una barrera para que jóvenes opten por carreras creativas
“El creativo es arriesgado y si uno tiene ese bichito entonces tiene que empezar, desde cuarto o quinto de media, a arriesgarse a pelear por sus objetivos”, señala Carla Olivieri de la UCAL.
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Por: Edwin Bardales
Las carreras profesionales vinculadas a las industrias creativas en el Perú, tales como arquitectura, diseño, comunicaciones, entre otras, tienen un enorme potencial de crecimiento pero los estereotipos de los padres con relación a estas profesiones se han constituido en una barrera que impide que los jóvenes apuesten por seguir esas carreras.
“Los estereotipos de los padres si es una barrera y a mí me da mucho gusto, cuando doy charlas informativas en la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL) y veo a los padres que se involucran en este proceso (de elegir una carrera para su hijos)”, dijo la vicerrectora de Innovación y Calidad de la UCAL, Carla Olivieri.
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Explicó que usualmente ocurre que cuando un joven estudiante se decide por una carrera creativa el padre se opone por temor al futuro que pueda tener su hijo, aunque la manera de reducir ese temor se da cuando los padres investigan más sobre la profesión que quieren seguir sus hijos.
“Debemos (los padres) tomar un rol de asesores de nuestros hijos pero ya informados, saber de qué se trata y cuáles son las perspectivas, que vengan a conversar con nosotros (las universidades) para ver si el chico tiene el perfil”, acotó.
En el caso de los jóvenes, manifestó que muchos tienen “el bichito del creativo” dentro de sí pero por temor no les dicen a sus padres que quieren estudiar esas carreras profesionales.
“Eso es un gravísimo error porque uno cuando está saliendo del colegio y toma la decisión de qué estudiar, en realidad no está decidiendo ¿qué voy a estudiar?, sino ¿qué quiero ser yo en mi vida?, es una decisión en la que yo tengo que proyectarme a 10 o 15 años y ver cómo mi profesión va a encajar en mi formulita para ser feliz”, puntualizó Olivieri.
Señaló que aquellos jóvenes que estudian otras carreras por temor a enfrentar a los padres, o evitar cualquier otra confrontación, entonces “puede ser infeliz más adelante”.
“El creativo es arriesgado, o sea que si uno tiene ese bichito entonces tiene que empezar, desde cuarto o quinto de media, a arriesgarse a pelear por sus objetivos y comprometerse para hacer lo que realmente le apasiona. El que hace lo que le apasiona va a ser exitoso en lo que sea”, acotó.
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Olivieri enfatizó que el joven debe acudir a las charlas informativas de las universidades que ofrecen carreras vinculadas a la creatividad e investigar sus las perspectivas que tienen esas profesiones.
“A veces los chicos toman más tiempo decidiendo la ropa que se va a poner o qué celular se va a comprar, antes que saber dónde y la profesión que va a estudiar, tienen que invertir (tiempo) para ello”, concluyó.