¿Puede un algoritmo decidir tu futuro laboral?

Algunas compañías ya utilizan algoritmos para contratar a sus trabajadores, un proceso que deja de lado aspectos como la ética o la motivación.

Las compañías buscan que la automatización tienda a igualar las capacidades de quienes se enfrentan a una selección de personal.

Por: Redacción Gestion.pe

Imagina que al llegar a una entrevista de trabajo, un sistema inteligente o un algoritmo se encarga de decidir si vas a ser el candidato ideal. Parece cosa del futuro, pero ya está pasando.

Las compañías buscan que la automatización tienda a igualar las capacidades de quienes se enfrentan a una selección de personal. Un algoritmo elige el destino de los aspirantes a firmas estadounidenses como Gild, Entelo, Textio, Doxa o GapJumpers.

Estas máquinas trabajan con un software especializado al que se le han instalado unos parámetros de selección y unas palabras clave, que facilita la tarea del reclutador. Pero puede que este sistema provoque más disgustos que alegrías.

“A día de hoy, se estima que un 75% de los candidatos a empleos cualificados son desestimados por dichos programas”, asegura Aziz Zaghnane, director de márketing de Lee Hecht Harrison. Este rechazo se debe a que las máquinas obvian aquellos aspectos que hacen referencia a lo emocional.

Zaghnane recuerda que el factor humano es el que se pierde a la hora de contratar: “Los sistemas nunca van a ser capaces de leer entre líneas, de encajar las diferentes piezas de una carrera profesional recogidas en un currículo, de interpretar los logros y traducirlos en competencias. En definitiva, de identificar su valor añadido”.

Elegir el perfil idóneo.
Según un estudio de Randstad, el 80% de la decisión es emocional, mientras que el 20% es racional. Por lo tanto, si nos basáramos en el resultado de un algoritmo con parámetros, perderíamos el 80% de lo que actualmente demandan las empresas.

Esta falta de precisión se debe a las cualidades que el robot no tiene. Entre ellas, Rubén Berrocal, team leader de Randstad Technologies, destaca que “la máquina debería tener inteligencia artificial, capacidad de aprendizaje acumulado y un repositorio de experiencia que permitiera evaluar la inteligencia emocional”.

Los defensores de este tipo de prácticas sentencian que con ellas se acaba con los favoritismos y la discriminación, y aumenta la transparencia en la gestión. Aunque esto no está del todo asegurado: “Son los propios hombres los que introducen los principios que se deben evaluar en la selección de personal”, añade Berrocal. Sin olvidar la inversión que deben realizar las firmas para obtener estos aparatos y la necesidad de contar con perfiles profesionales con capacidades específicas para manejarlos.

El mercado laboral avanza a pasos agigantados, mientras que los estudiantes que salen de las universidades no llegan a alcanzar las competencias que pide el mundo profesional. Capacidades como la habilidad para adaptarse, la creatividad o la interpretación de datos son las que necesitan las compañías actuales y que el algoritmo no puede detectar. “Nunca entenderán los valores éticos del trabajo o apreciarán la personalidad de un candidato. Así como su grado de energía e implicación, o su conducta y comportamiento”, sostiene Zaghnane.

La falta de estas capacidades hace que la selección de personal no sea rigurosa. Así como la meteorología no es una ciencia exacta, sino que trabaja a partir de predicciones que no son infalibles, lo mismo supone que un robot elija al candidato idóneo para un empleo determinado.

Máquinas que escogen al mejor candidato.
Ventajas.

Inconvenientes.

Diario Expansión de España
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