El peligro de una autoestima artificial en los ejecutivos
¿Cuánto se valora a sí mismo? Cuando la confianza en uno mismo depende de factores externos y circunstanciales, como tener un buen sueldo o trabajo estable, una buena autoestima puede ser más artificial de lo que parece.
Por: Redacción Gestion.pe
Un reciente estudio en Estados Unidos, que evaluó a un grupo de ejecutivos que han estado desempleados por seis meses, resultó en una conclusión preocupante: sus niveles de confianza en sí mismos bajan considerablemente cuando pierden su “ancla de credibilidad”, es decir, el valor en conjunto que le dan a su trabajo, su salario y otros factores como sus títulos académicos.
Un 70% de los encuestados dijo que su autoconfianza había bajado mucho, mientras que un 19% aseguró que había bajado un poco. Estas cifras mostrarían que a uno le puede faltar autoestima y aun así ser exitoso en el trabajo, pero es probable que no le asegure la felicidad a largo plazo.
“Una gran parte de los ejecutivos del mundo corporativo tienen vidas estables porque reciben un buen salario y beneficios. Esto define sus estilos de vida e imagen pública, y su confianza crece aún más cuando trabajan para una marca conocida y respetada”, dijo Glenn Llopis, presidente de Glenn Llopis Group, una consultora especializada en liderazgo.
Confianza genuina
Para Llopis, lo que ese gran porcentaje de ejecutivos posee es una “autoestima artificial”. En su opinión, este puede ser un factor negativo para las corporaciones, ya que necesitan ejecutivos que confíen en sí mismos de manera suficiente como para liderar a otros y cumplir con sus responsabilidades a la vez.
“La confianza es capaz de cambiar las reglas de juego y uno sabe cuándo otros la poseen genuinamente, porque se puede sentir auténtica”, advirtió el consultor. “Estas personas tienen una presencia ejecutiva poderosa y confían lo suficiente en sus habilidades y personalidad como para ser vulnerables e incluso autocriticarse”, detalló.
¿Cómo reconocer a la autoestima auténtica? Llopis recomienda preguntar lo siguiente a sus ejecutivos: “¿qué tan seguro estás de completar este proyecto/tarea a tiempo? ¿Un 60%, 80% o 100%?” Su actitud cambiará, porque el rendir cuentas está muy relacionado con el grado de seguridad sobre sus propias destrezas.
“Preferiría que alguien me dijera un 60%, ya que me permitirá saber el apoyo adicional que necesitarán para acercarse a un 100%. En lugar de eso, mucha gente dice 100% para impresionar, solo para que, al final, no cumplan con su palabra y se pierdan la oportunidad de recibir ayuda”, culminó.