¿Estrés laboral? Sepa cómo sacarle provecho

La búsqueda de una vida “libre de estrés” a menudo causa más estrés a lo largo del proceso; los problemas se agravan, y al no enfrentar nuestros desafíos más intensos nunca los superamos.

Los momentos difíciles siempre implican algo de estrés o de lucha.

Por: Redacción Gestion.pe

Con toda la atención de los medios de comunicación y la ciencia médica en el estrés y sus efectos negativos para la salud, es fácil llegar a la conclusión de que el estrés es irremediablemente malo, algo que hay que evitar tanto como sea posible.

En su artículo de Harvard Business Review, Alia Crum y Thomas Crum afirman tener una perspectiva diferente:

Creemos que la búsqueda de una vida “libre de estrés” a menudo causa más estrés a lo largo del proceso –los problemas se agravan, y al no enfrentar nuestros desafíos más intensos nunca los superamos.

Piense en un momento en el que experimentó un significativo crecimiento personal o profesional, o un momento en el que alcanzó su nivel más alto de rendimiento, como terminar una carrera, crear un negocio, o criar a un hijo. ¿Qué fue lo que le motivó e impulsó a crecer, aprender y mejorar en esas ocasiones? Estamos dispuestos a apostar que esos momentos siempre implicaron algo de estrés o de lucha.

El estrés tiene muchas características maravillosas. Nos recuerda que nos preocupamos por alguien o algo, además de conectarnos directamente con los aspectos más desafiantes e importantes de nuestras vidas. No estamos diciendo que el estrés prolongado no causa estragos, solo que también puede generar beneficios inesperados, en forma de crecimiento personal.

Combinando nuestros años de experiencia en seminarios sobre liderazgo, enseñanza de meditación y artes marciales (por parte de Tom) y explorando investigaciones empíricas en el campo de la psicología (Alia) hemos encontrado que las personas que adoptan una mentalidad que “el estrés es progreso” en sus vidas muestran un mayor rendimiento laboral y menos síntomas negativos en la salud que los individuos que adoptan la idea que “el estrés debilita”.

Sobre la base de nuestro trabajo e investigación con ejecutivos, estudiantes, marinos estadounidenses y atletas profesionales, hemos ideado un enfoque de tres pasos para responder a la presión, el cual creemos le ayudará a aprovechar el poder creativo del estrés y al mismo tiempo reducir al mínimo sus efectos nocivos.

Paso uno: Identifíquelo.
El primer paso para transformar su respuesta al estrés es “identificarlo”. En lugar de negarlo, o de afligirse por ello, le recomendamos que simplemente ponga un nombre o califique el estrés que está enfrentando. Por ejemplo, podría decirse a sí mismo: “estoy estresado/a por que mi hijo está reprobando en el colegio”. O “estoy estresado/a por nuestras cifras de fin de año”. O “estoy estresado/a acerca del reciente diagnóstico de salud de mi esposo/a”.

Una investigación en neurociencias realizada por Matt Lieberman muestra cómo solo con reconocer su estrés usted puede hacer reaccionar su cerebro, pasando de la zona central automática y reactiva hacia el lado más consciente y reflexivo.

En un estudio, a los participantes en un escáner cerebral les mostraron imágenes que evocaban un sentimiento negativo. Cuando se les pidió calificar la emoción que las imágenes provocaban en ellos, la actividad neuronal se movió desde la región de la amígdala (el lugar de las emociones) hacia la corteza prefrontal, el área del cerebro en la que se desarrolla nuestro pensamiento consciente y reflexivo. En otras palabras, reconocer el estrés de forma intencional le permite pausar su reacción visceral, ayudándole a elegir una respuesta más elaborada.

Otra de las razones para reconocer y “ver” el estrés es que evadirlo es contraproducente de todos modos. Nuestra investigación con Peter Salovey y Shawn Acor ha demostrado que las personas que ven el estrés como algo debilitante tienden a reaccionar de manera exagerada o insuficiente mientras que aquellos con una mentalidad positiva tienen una respuesta más moderada al estrés y están más dispuestos a buscar y aceptar feedback durante ese periodo, lo que puede ayudar a aprender y crecer pensando en el largo plazo.

Paso dos: Tome el mando.
La clave para “tomar el mando” del estrés es reconocer que solemos estresarnos más, y de forma más intensa, sobre las cosas que nos importan. El estrés nos demuestra que nos preocupamos; que hay grandes cosas en juego. Poseer este conocimiento desata una motivación positiva, porque en el fondo sabemos que las cosas que son importantes no siempre llegan fácil. Una metáfora que utilizamos a menudo para describir este estado es “Es solo una noche fría y oscura en el lado del Everest”. Si usted fuera a escalar el Everest, se imaginará que puede haber algunas noches frías y oscuras en su ascenso a la cima.

Pero ¿qué esperaba? ¿Qué escalar el Everest iba a ser un paseo por el parque? ¿Realmente espera que criar a un hijo, administrar un negocio, tener una buena llena de retos sería fácil? Tomar el mando de ese estrés no harán desaparecer esas frías noches oscuras pero es probable que las hagan un poco más tolerable en tanto descubre un sentido de motivación y significado.

Según el excomandante Seal, Curt Cronin, durante el entrenamiento de los marinos de EE.UU., el cuadro directivo diseña situaciones que son exponencialmente más estresantes, caóticas y dinámicas que cualquier otra operación de combate para que así los comandos aprendan a centrarse [a sí mismos] en circunstancias más arduas. Cuando el estrés del entrenamiento parece insoportable, podemos tomar el mando, a sabiendas de que es lo que hemos decidido hacer, ser miembro de un equipo que puede tener éxito en cualquier misión”.

Paso tres: Utilícelo.
Contrariamente a lo que se podría pensar, la respuesta del cuerpo al estrés no fue diseñado para matarnos. De hecho, el objetivo evolutivo de la respuesta al estrés sirve para ayudar a estimular el cuerpo y la mente a funcionar mejor, a ayudarnos a crecer y satisfacer las demandas que enfrentamos.

Cuando el cuerpo se encuentra con el estrés, bombea hormonas como la adrenalina y la dopamina que alimentan el cerebro y el cuerpo con sangre y oxígeno, una respuesta que lleva al individuo a un estado de mayor energía, de un agudizado estado de alerta, y de menor enfoque y reflexión. Aunque la respuesta al estrés a veces puede ser perjudicial, en muchos casos, las hormonas del estrés en realidad inducen el crecimiento y liberan químicos en el cuerpo que reconstruyen células, sintetizan proteínas y mejoran la inmunidad, dejando al cuerpo más fuerte y saludable de lo que era antes. Los investigadores llaman a este efecto “mejora fisiológica”, y cualquier atleta conoce sus recompensas.

El problema, entonces, no está en la propia respuesta al estrés, sino en cómo canalizamos o empleamos esta respuesta. Simplemente al replantear su respuesta al estrés como algo que es beneficioso puede ser útil.