Consejos para renunciar a su trabajo de la mejor manera

Richard Branson, Suze Orman y otros seis personajes exitosos comparten sus mejores consejos sobre cómo renunciar a un trabajo tendiendo puentes y no destruyéndolos.

Hay maneras “inteligentes” de renunciar a un empleo manteniendo intacta su reputación y los “puentes” que ha construido.

Por: Redacción Gestion.pe

Renunciar a un trabajo no es sencillo, no importa cuáles sean las circunstancias. Es muy fácil hacerlo de forma imprudente y quemando puentes a su salida, pero eso es lo peor que podría hacer.

Afortunadamente, hay maneras “inteligentes” de renunciar a un empleo manteniendo intacta su reputación y los “puentes” que ha construido ahí.

Según un artículo de Business Insider, LinkedIn le pidió a las mentes más brillantes en el mundo de los negocios que compartan sus mejores consejos sobre cómo renunciar a un trabajo.

Esto es lo que Richard Branson, Suze Orman, y otras seis personas súper exitosas dijeron:

Richard Branson dice que se debe aprovechar la oportunidad para construir puentes, no quemarlos.
El multimillonario fundador de Virgin Group comenta que ha tenido talentosos empleados que dejaron Virgin para desarrollar sus propias aventuras empresariales, y los que se fueron y tuvieron éxito son los que renunciaron con gratitud.

“Todos ellos se fueron con los mejores deseos de sus anteriores empresas, todos seguimos siendo amigos, y estoy seguro de que tendremos oportunidades de colaborar aún más entre nosotros en el futuro”, escribe Branson.

Su consejo: explique sus razones; comparta su visión para el futuro; y haga un esfuerzo por mantenerse en contacto. “¿Quién sabe lo que nos depara el futuro?” Es importante mantener las relaciones que le ha costado tanto crear. “Piénselo dos veces antes de quemar sus puentes, en lugar de ello ¡construya algunos!” aconseja.


Suze Orman dice que debe confiar en sus instintos.
“Escuche cuando su instinto le dice que debe seguir adelante”, escribe Suze Orman. Y fue el propio instinto de la gurú de las finanzas personales que la impulsó a poner fin a su programa con CNBC después de 13 años y 638 episodios.

“Hace aproximadamente un año, algo empezó a cambiar. Me desperté una mañana y sabía que era el momento de poner fin al Suze Orman Show”, Orman explica su decisión. “Mi corazón sabía que era hora de que me vaya”.

Esta decisión también la puso al mando: “Seamos sinceros: si uno se queda por las razones equivocadas, su eventual salida probablemente no será en sus propios términos. Al tomar la iniciativa de reconocer que necesitaba seguir adelante, tuve la gran experiencia de retirarme sin pesar o acritud”.


Robert Herjavec dice que es importante recordar que renunciar no significa que usted está fallando.
“En mi opinión, renunciar no significa perder”, escribe el inversor de “Shark Tank”. “Se trata simplemente de cambiar de dirección”.

A Herjavec le gusta usar el término “giro” en lugar de “renunciar”, porque la gente equipara automáticamente renunciar con el fracaso.

“Llámelo como quiera, pero renunciar a una estrategia, o un trabajo, no debe ser visto como un fracaso. No podemos ganar en todo lo que hacemos”, opina.

El truco es encontrar para lo que es bueno, y esta oportunidad se presenta a menudo al renunciar, por lo que Herjavec lo llama “una bendición disfrazada, una oportunidad para hacer un giro hacia algo más grande”.


J.T. O’Donnell dice que nunca se debe aceptar una contraoferta, no importa lo tentador que pueda ser.
Puede haber un momento en su vida cuando usted va a renunciar, y su jefe le dice: “¡Por favor, quédate!” Él o ella incluso le pueden prometer oportunidades increíbles y mejores beneficios, incluyendo más dinero.

“Esto es lo que sé”, escribe O’Donnell, director general de CAREEREALISM. “Usted no debe quedarse. Tiene que irse”.

¿Por qué? Si acepta una contraoferta y se queda, es probable que su empresa ya no confíe en usted; ellos se molestarán con usted por hacerlos suplicar; su renovado entusiasmo se desvanecerá rápidamente; y, finalmente, tendrá que irse, y eso causará que dos puentes sean destruidos (la empresa con quien contactó y luego rechazó, y su actual empleador).

“Cuando toma la decisión de renunciar, no vacile. Demuestre buen carácter cumpliendo con sus decisiones y dejando en claro que no es solo por el dinero”.

Para rechazar una contraoferta, O’Donnell sugiere intentar algo como:

“Me siento honrado y agradecido de que me tenga tanta consideración para proponer eso. Sin embargo, tengo que dejar la empresa y probar algo nuevo. Puede que me arrepienta. En cuyo caso, prometo contactarme con usted, admitir que cometí un tremendo error, y pedirle si puedo tomar mi trabajo aquí de nuevo. Y, si estoy feliz con el cambio, me gustaría seguir en contacto con usted. Si todo sale bien, voy a aprender algunas cosas que me harán un mejor profesional para tentar futuras oportunidades aquí. De ser así, me gustaría volver algún día y aportar aún más valor a la empresa”.


Maynard Webb dice que nunca debe dejar que nadie lo haga sentir desleal.
El presidente de Yahoo solo ha sido despedido una vez en su carrera. Tenía 13 años y limpiaba baños en Mr. Donut. La experiencia lo marcó y le enseñó el arte de renunciar con gracia (y en sus propios términos).

Algunos de sus consejos incluyen:


Adena Friedman dice que hay que recordar que vivimos en un mundo pequeño, y hay una buena probabilidad de que trabaje con estas personas de nuevo.
Friedman, directora financiera de NASDAQ OMX, dijo en la cumbre Reuters Exchanges and Trading Summit en Nueva York:
“Al salir de una organización, haga lo mejor posible por irse en buenos términos”, aconseja la presidenta y directora de operaciones de Nasdaq. “En mi opinión, el mundo es un lugar pequeño, nunca se sabe cuándo puede trabajar con o para algunas de las mismas personas de nuevo, tampoco se puede saber si se convertirá en un cliente de esa compañía o si la compañía se convertirá en su cliente”.

Pues resulta que, Friedman dejó Nasdaq en 2011 por una oportunidad increíble, pero finalmente regresó a lo que ella llama su “casa”.

Ella aprendió que regresar es posible, pero solo si “todo el mundo entiende el porqué de su partida, mantiene buenas relaciones con la empresa que está dejando, demuestran su afecto genuino por la empresa y su cultura, y busca la manera de asociarse con su anterior empleador”.

A ella le gusta hacer referencia al viejo refrán, “no queme los puentes detrás de usted”.


James Altucher dice que debe renunciar cuando se le acabe la paciencia.
“Bueno, yo no renuncié”, escribe el empresario. “Fue peor que eso”.

Altucher estaba en medio de una reunión excepcionalmente aburrida cuando se excusó para ir al baño. “Salí caminando despacio. Me despedí de la recepcionista. No tomé mi abrigo, mi mochila ni tampoco mis libros. Mi nombre quizás está en mi puerta todavía. Bajé en ascensor 49 pisos. Fui a la estación Grand Central, tomé el tren con rumbo 70 millas al norte. Nunca volví a trabajar”.

Aunque no fue la manera más convencional ni elegante de renunciar, a veces todo tiene un límite, o como Altucher lo expresa: “A veces toda la basura se acumula hasta un punto que uno no se puede mover, hasta que ya no se puede levantar de la cama”.

Altucher admite que su salida no fue la más ética, pero no se arrepiente de dejar un trabajo poco satisfactorio y que no lo llenaba. Lo más importante es “encontrar un significado real en su vida en lugar de un medio para algún objetivo financiero o por placer”.


Robert Nardelli dice que nunca se debe olvidar a la gente que está dejando atrás.
Dejar General Electric fue una decisión difícil para Nardelli, ex CEO de GE Transportation and GE Power Systems. Se aseguró de ser minucioso y reflexivo durante el proceso de renuncia, y siguió estas tres directrices:

Una vez que haya pensado bien y decida irse, “hágalo de la manera correcta, y nunca olvide a la gente que deja”, escribe. “¡Nunca se sabe cuándo los verá de nuevo!”