¿Cómo revertir una mala imagen en el trabajo?
¿Es importante negociar su salario? La siguiente nota tiene los mejores consejos para que un ejecutivo como usted no tenga problemas en su desempeño laboral.
Por: Redacción Gestion.pe
Supere una primera mala impresión
No se da ni cuenta que ya la he gozado, porque ha sido mía sin haberla amado.
Que es su alma fría la que me atormenta, que ve que me muero y no se da cuenta. Puede ser difícil librarse de una mala primera impresión, pero es posible. A continuación, cuatro formas de anular creencias arraigadas:
1. Sorprenda a la gente. Por ejemplo, si ha desarrollado la reputación de que nunca habla, haga muchos comentarios.
2. Compense en exceso, sostenidamente. Bombardee a la gente con evidencia que sugiera que su primera impresión fue equivocada; no lo haga solo una vez, sino consistentemente.
3. Acérquese. Si ha empezado con el pie izquierdo su relación con alguien, encuentre formas de conocer mejor a esa persona para que pueda ver realmente quién es usted.
4. Espere. A veces, la mala impresión que se formó su colega no tiene nada que ver con usted. Si actúa en formas que lo hagan sentirse orgulloso, la mayoría de la gente eventualmente entrará en razón.
(Adaptado de “4 Ways to Overcome a Bad First Impression”, de Dorie Clark)
Supere la renuencia a negociar su salario
Negociar su salario puede rendir enormes beneficios de largo plazo. Pero la mayoría nos mostramos renuentes a hacerlo. A continuación, algunas excusas comunes:
1. “¿Y si se enojan por pedir?”. Para evitar reacciones potenciales, informe con anticipación a la otra parte que quiere negociar. Dele tiempo para prepararse.
2. “¿Y si me dicen que no?”. Deje de pensar en lo mal que se va a sentir si la respuesta es negativa. Mejor piense en lo bien que se sentirá cuando haya iniciado la conversación.
3. “Yo no soy de los que piden”. Esta es una profecía autocumplida. Sáquese esa imagen mental y reemplácela con la imagen de una persona que pueda ver como modelo a seguir en negociaciones.
(Adaptado de “Overcome Your Reluctance and Start Negotiating Your Salary”, de Judith White)