Las cartas de presentación ya no son lo que solían ser
Los gerentes de contratación emplean actualmente otros métodos para tener una idea de cómo son los postulantes. Esto hace que las cartas de presentación se tornen superfluas y hasta perjudiciales.
Por: Redacción Gestion.pe
(Bloomberg).- Un trabajo de investigación reciente confirma lo que muchos buscadores de trabajo sospechaban desde hacía tiempo: escribir una carta de presentación es una pérdida de tiempo.
Los gerentes de contratación emplean actualmente otros métodos para tener una idea de cómo son los postulantes sin abandonar sus escritorios. Esto hace que la misiva de cuatro párrafos con referencias a pasiones y habilidades clave se torne, en el mejor de los casos, superflua y en el peor, perjudicial.
Solo 18% de los gerentes consideran que las cartas de presentación constituyen una parte importante de una solicitud de empleo, según una encuesta que abarcó a 505 gerentes de contratación publicada la semana pasada por la firma consultora Addison Group con sede en Chicago.
El 74% dijeron que el factor más importante a la hora de contratar es la entrevista. Casi la mitad dijo que era importante tener en cuenta las habilidades blandas –la capacidad para mantener una conversación y parecer normal- a lo largo de todo el proceso.
Algunas empresas han encontrado herramientas alternativas para conocer a sus postulantes. Businessolver, una compañía de tecnología en el área de beneficios con sede en Des Moines, solicita a los candidatos con cartas de presentación y CV sólidos que presenten un video donde aparezcan respondiendo a preguntas como “¿Qué dirían sus compañeros de trabajo sobre usted?”
Esto ayuda a las empresas a obtener la información que quieren, y guía a los “millennials” digitalmente avezados a través de un proceso en el que se sienten cómodos, dijo Marcy Klipfel, vicepresidenta primera de recursos humanos en Businessolver. “Consideramos que la autenticidad de una persona muchas veces se filtra mejor en una entrevista visual que en el papel”, dijo.
Las entrevistas en video, que brindan una información más exhaustiva que las cartas de presentación pero son menos demandantes para los gerentes que las entrevistas personales, se están volviendo rápidamente una parte integrante del proceso de solicitud de empleo, dijo Jason Reagan, vicepresidente regional de Addison Group. Presentarse por Skype “es más eficiente que leer una carta de presentación o, dependiendo del puesto, invertir tiempo y dinero en llevar a alguien a una entrevista física”, dijo.
Otras metodologías, como revisar cuentas de medios sociales, han resultado útiles para saber cómo es realmente un candidato a un empleo, sobre todo para los gerentes más jóvenes. Según el trabajo de investigación, 45 por ciento de los “millennials” –los nacidos entre 1980 y 2000- confían en Facebook como fuente para investigar a un postulante (28 por ciento confían en Twitter), lo cual representa el doble de la tasa en que los pertenecientes a la Generación X confían en el sitio, y el triple que los nacidos con la explosión demográfica (los “baby boomers”).
Entre los gerentes que son “millennials”, 23% consideraron que la carta de presentación es una parte importante de la solicitud de empleo en tanto 69% dijeron que la entrevista era importante. “Los ‘millennials’ ponen un poco más de énfasis primero en la educación, en conjunción con una experiencia laboral demostrada”, dijo Reagan de Addison. A medida que los “millennials” asumen funciones directivas y confían más en una serie más amplia de métodos para conocer a los posibles empleados, el “A quien corresponda” parece estar desapareciendo.
La moraleja parece ser que una carta de presentación sólo puede ser un perjuicio. De los gerentes de contratación consultados, 55% dijeron que los errores de imprenta eran el principal motivo de rechazo. ¿Para qué correr el riesgo de un error de imprenta cuando la carta de presentación tiene pocas probabilidades de garantizarle el trabajo?
Por otro lado, si su carta de presentación es realmente estelar, quizá se destaque por ser una de las últimas personas que escribe una.