De vaivenes y turbulencias: Las crisis económicas desde 1990
Especial 25 años de Gestión. Los economistas Roberto Abusada, Pablo Secada, Kurt Burneo y Gustavo Yamada comentan las peores crisis que golpearon la economía peruana y mundial en los últimos años.
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Por: Evelyn Coloma
Exceso de déficit, políticas monetarias inadecuadas, artificios financieros, incumplimiento de deudas, etc. Las causas y las magnitudes de las crisis que han afectado al mundo en los últimos 25 años son distintas y han llegado de diversas partes del mundo. Y Gestión lo sabe bien, pues desde su salida al mercado el 25 de septiembre de 1990, sus páginas han cubierto las más importantes turbulencias del panorama global, desde la conocida como crisis del tequila, en 1994, hasta la crisis de deuda que aún enfrenta la eurozona.
A inicios del gobierno del mexicano Ernesto Zedillo, el país azteca era golpeado por una de sus peores crisis de la era contemporánea. Se estima que, tras la devaluación del peso mexicano que espantó a los inversores, se retiraron fondos de cerca el 6% del PBI. Sin embargo, la economía peruana no sufrió gravemente el impacto.
Los vaivenes del Perú que llegaron del exterior en la década de los 90 fueron importados de países más lejanos. Las crisis asiática y rusa de 1997 y 1998 fueron las más graves de la economía nacional. Pues, los capitales no solo se retiraron de las economías del sudeste de Asia, sino que castigaron a todos los mercados emergentes.
Así, las preocupaciones llegaron a Latinoamérica. En Brasil, la fuga de capitales obligó al gobierno del entonces presidente Fernando Henrique Cardoso a adoptar un compromiso de disciplina fiscal con el FMI pero finalmente terminó devaluando el real para dejar flotar al dólar. Sufrieron especialmente también Ecuador y Argentina.
Se estima que solo, entre agosto y diciembre de 1998, Brasil perdió US$ 25,000 millones de sus reservas, mientras que su mercado bursátil se desplomó más de 20%. En el Perú, el PBI se contrajo 0.4% en 1998 y la Bolsa de Valores de Lima perdió un 25%.
La siguiente gran crisis mundial se hizo esperar hasta septiembre del 2008. El lunes 15 de ese mes Lehman Brothers se declaró en quiebra, fuertemente golpeado por las pérdidas de los activos tóxicos. El colapso de una entidad considerada demasiado grande para caer desató el pánico, pues desataba la ahora conocida crisis de las hipotecas subprime y arrastraría inevitablemente a todo el mundo.
En este panorama el Perú redujo su tasa de crecimiento de 9.8% en el 2008 a 0.9% en el 2009, pero no nunca entró al terreno negativo. Por primera vez en la historia, el país tenía reservas y ofrecía la confianza para retormar su crecimiento en el 2010. Ha sido la ‘mejor’ crisis para la economía peruana, pero no será la última. El contagio de las turbulencias mundiales será siempre un riesgo. La cuestión será cuánto nos podremos enfermar.