¿Por qué le conviene al Perú promover un desarrollo bajo en emisiones?
Imagine tener en casa un calentador de agua que funciona con energía solar o viajar a cualquier punto de la capital tomando el Metro de Lima, pues estas son solo dos de las 33 medidas de mitigación al cambio climático que el Perú desea poner en práctica al 2050.
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Por: Edson Eaerle
¿Qué está haciendo el Perú por incorporar el tema del cambio climático en la planificación del desarrollo del país? ¿Por qué le conviene al Perú promover un desarrollo bajo en emisiones? Gabriel Quijandría, viceministro de Desarrollo Estratégico de Recursos Naturales del Minam, responde estas interrogantes y explica los detalles del PlanCC al 2050.
El proyecto Planificación ante el Cambio Climático (PlanCC), impulsado por el Gobierno peruano, ha presentado hace poco un estudio donde evalúa la conveniencia para el país de orientarse por un desarrollo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero o GEI.
Con la participación de 35 investigadores y más de 400 profesionales, se analizaron 77 propuestas de acciones de mitigación viables técnicamente en el Perú y cinco posibles escenarios al 2050, de entre los cuales se propuso asumir el escenario “sostenible” como el idóneo para asegurar la calidad de vida de las futuras generaciones del país.
El escenario elegido por los especialistas luego de un proceso de dos años consiste en 33 medidas de mitigación que, además de reducir significativamente el nivel de emisiones, podrían generar inversiones por más de 7,300 millones de soles, que equivale aproximadamente el 26% de la cartera de proyectos que actualmente maneja Proinversión.
“Se plantearon cinco escenarios distintos donde se optó por este que tiene esta combinación de 33 medidas que están divididas en seis sectores: procesos industriales, gestión de residuos sólidos, forestal (uso del suelo), energía y transporte”, dijo el viceministro Quijandría en diálogo con Gestión.
“Estamos hablando de intervenciones vinculadas al uso de energías renovables no convencionales, solas o combinadas, como proyectos eólicos, solares, de desalinización de agua, de eficiencia energética en transporte, de manejo sostenible del bosque con base comunitaria o en una lógica mas empresarial, manejo adecuado de residuos sólidos, principalmente aquellos que son de ámbito municipal y requieren manejo de relleno sanitario”, agregó.
Según explicó el viceministro, el escenario “sostenible” fue comparado con el escenario “business as usual” o BAU, en el que no se toman acciones, para conocer sus efectos sobre el PBI, inversiones, distribución de ingresos, reducción de la pobreza, ahorros y competitividad, salud y ambiente.
El estudio muestra que aplicar las medidas de mitigación implicaría un menor crecimiento de la economía nacional durante los primeros años pero esta situación se revertiría en el mediano plazo. El PBI en el escenario “sostenible” crecería anualmente entre 0.3% y 0.8% adicional a lo proyectado en el escenario BAU a partir del 2022 hasta el año 2050, lo que significa un crecimiento económico casi similar en ambos escenarios. ¿Podrá el Perú sacrificar unos años de crecimiento en pro del medio ambiente?
Siguiendo con el tema económico, el viceministro Quijandría resaltó que de acuerdo al último inventario de emisiones de GEI, la expansión de la economía ha sido mayor que el crecimiento en las emisiones y “eso es porque hemos logrado hacer una transición en la matriz energética en base a gas natural, es decir la economía ha crecido más rápidamente que lo que han crecido las emisiones”.
“Si no tomamos medidas, esa pequeña separación que hemos logrado se va a cerrar nuevamente. De acuerdo a los modelos y lo que se ha calculado aquí, las emisiones igualarían al crecimiento económico y después lo tenderían a superar”, advirtió.
A cuatro meses de la XX Conferencia Internacional sobre Cambio Climático o Conferencia de las Partes (COP20) en Lima, donde se espera alcanzar un borrador vinculante, el Perú debe aprovechar este “espacio emblemático” para generar un punto de inflexión a partir del cual se tome la decisión de ir hacia una economía que incluye de manera más explícita la lógica ambiental como parte fundamental de la política de desarrollo del país, concluyó Quijandría.