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VÍDEO. Miles de rebeldes y de civiles fueron evacuados de esta estación en 2016, cuando el régimen sirio se apoderó de toda Alepo. Hoy se ha convertido en un punto de tránsito para otras víctimas de la guerra en Siria.

FOTOGALERÍA. La guerra de Siria comenzó con la primavera, hace seis años, cuando buena parte del pueblo sirio se levantó contra su dictador Bashar Al-Assad.

“Todo esfuerzo para detener la violencia, salvar vidas y crear las condiciones para negociaciones políticas renovadas y constructivas es bienvenida”, reaccionó el portavoz de la diplomacia estadounidense Mark Toner.

INFOGRAFÍA. Luego de que el gobierno sirio tomara el control total de Alepo, su mayor victoria contra los rebeldes desde el inicio de la guerra en 2011, esto no necesariamente significa el fin de la guerra.

INFOGRAFÍA. Según la organización Reporteros Sin Fronteras, países en conflicto como Siria, Afganistán, México, Irak y Yemén reportaron importante número de periodistas fallecidos.

INFOGRAFÍA. Turquía y Líbano suman más de tres millones de refugiados acogidos hasta ahora. Sin embargo, otros países de Europa e inclusive de América también se han unido para asilarlos.

Rusia y Siria tomaron la decisión “sobre todo para permitir a los civiles abandonar (la ciudad) en total libertad, para evacuar a los enfermos y heridos, y garantizar la retirada de los rebeldes armados”. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, calificó este lunes de “paso positivo” este anuncio de Moscú.

John Kerry, secretario de Estado de EEUU, dijo que su país tomará la medida porque Rusia sigue bombardeando la ciudad de Alepo.

Estos ataques deliberados del régimen sirio y su aliado ruso buscan aniquilar las infraestructuras que quedan en servicio en los sectores asediados.

Se trata de la segunda visita de John Kerry a Moscú este año, mientras siguen los combates en Siria pese al alto el fuego impulsado por Moscú y Washington.

Esta es la primera respuesta formal de Damasco al anuncio realizado esta semana de una conferencia de paz programada para el 22 de enero en Ginebra, convocada por Naciones Unidas, Rusia y Estados Unidos.

“Iremos a Ginebra con una misión de esperanza”, indicó en un comunicado el portavoz de Ban Ki-moon, presidente del organismo. No se precisó, sin embargo, quiénes asistirían al evento.