NOTICIAS DE esculturas públicas

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Las esculturas públicas que trazan un mapa de sensaciones por el mundo

Los zapatos en la ribera del Danubio (Budapest). Los cálculos apuntan que, durante los meses en los que el partido húngaro Arrow Cross estuvo en el poder durante la II Guerra Mundial, entre 12.000 y 15.000 judíos fueron asesinados. Muchos de ellos en las orillas del Danubio a su paso por la capital. A éstos les obligaban a quitarse los zapatos antes de ser disparados en el borde y que sus cuerpos se los llevara la corriente. Precisamente una hilera de esta prenda, desperdigada por toda la ribera sin más organización que el caos, es el motivo de esta escultura de Gyula Pauer y Can Togay que se ha convertido en un memorial eficaz y enternecedor. Un recuerdo eficaz y emocionante que rara vez duerme sin unas flores o un mensaje en su interior.

FOTOGALERÍA. La escultura, como la poesía, es un arma cargada de futuro. Y más cuando se saca de los museos, cuando su hábitat natural cambia los suelos encerados por las calles manchadas de rutina. Cuando su fuerza no se basa en la admiración erudita, sino que consigue cambiar el paso, volver la vista y conmocionar durante unos instantes. Y estas obras repartidas por todo el mundo consiguen despertar el corazón y el sistema límbico sin necesidad de más lenguaje que el del volumen.