El secuestro de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, puso en alerta a México ante una potencial guerra entre los cárteles de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, éste último señalado como responsable del plagio.
El traslado de Guzmán a una cárcel de Ciudad Juárez, en medio de un imponente dispositivo militar, obedece “únicamente a protocolos de seguridad como parte de una rotación de reos”, señaló un funcionario de la Comisión Nacional de Seguridad de México.
Tras la fuga de “El Chapo”, generales retirados y oficiales activos colombianos viajaron a México por orden presidencial para “compartir experiencias” contra los carteles de drogas, dijo un exdirector de la policía colombiana.