El escrito fue entregado a la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJ) de la Cámara de Diputados, de 66 miembros, que deberá recomendar al plenario si el proceso debe avanzar hacia la corte suprema o ser archivado.

Esta decisión se mantendrá “hasta que el ministerio brasileño de Agricultura tome medidas correctivas consideradas satisfactorias por el USDA”, agrega el documento.

La auditoría del ministerio también halló problemas como fécula en las salchichas y niveles de agua superiores a los permitidos en muestras de pollo. Estas deficiencias aparecieron en el 10.2% de los productos controlados.

Las tres plantas se ubican en el estado de Paraná, donde se ha centrado el escándalo. Incluyen unidades de Souza Ramos, Industria de Laticinios SSPMA y Fabrica de Farinha de Carnes Castro.

Desde que estalló el escándalo por denuncias de adulteraciones en cortes para consumo humano, 15 mercados cerraron parcial o totalmente sus puertas o intensificaron sus controles sobre los productos cárnicos brasileños.

La autoridad sanitaria de México aclaró que el país no importa de Brasil productos cárnicos de bovino ni de cerdo, solo productos avícolas como carne refrigerada, congelada y deshidratada de pollo y pavo, huevo fértil y aves.

Una investigación echó luz sobre una trama en la que inspectores sanitarios brasileños supuestamente recibían sobornos de los frigoríficos para autorizar la venta de alimentos no aptos para ser consumidos.