Con relación a las evidentes tensiones que surgieron con Rusia a raíz del ataque militar a Siria, el secretario estadounidense de Defensa, James Mattis, dijo que su gobierno no permitirá que esa tirantez se convierta en una situación “fuera de control”.

FOTOGALERÍA. Estados Unidos lanzó su primera operación militar contra Damasco, después de que esta semana el régimen de Bashar al Asad fuera señalado por un presunto ataque químico.

Era el momento más presidencial de Donald Trump hasta el momento, la primera vez que lideraba al gobierno de Estados Unidos en lugar de parecer un insurgente que intenta desmantelarlo desde dentro.

Al amanecer del viernes, desde Londres a Tokio, y de Teherán a Pyongyang, estaban tratando de averiguar si fue solo un ataque puntual o el disparo inicial de una nueva doctrina de Donald Trump. La mayoría se inclinaba hacia la primera respuesta.

“Como mínimo, los rusos fracasaron en controlar la actividad del régimen sirio”, dijeron funcionarios del gobierno estadounidense al hablar bajo condición de anonimato.

Desde que comenzó el conflicto en Siria hace seis años, los países occidentales han solicitado repetidas veces sanciones contra Damasco, en vano por el veto de Rusia, pero nunca habían atacado, ni siquiera después del ataque químico en el 2013.

El secretario general de las Naciones Unidas indicó que el equipo especial enviado por su organismo completó su segundo día de investigaciones para determinar si se usaron armas químicas en Siria.

El Gobierno británico ahora considera que la ONU debe revisar los hallazgos de los inspectores de armas químicas antes de responder de forma militar a la administración de Bashar al-Assad.

Con esta acción, las potencias occidentales buscarían impedir que el régimen del presidente sirio vuelva a usar armas químicas, según fuentes vinculadas con el tema.

El portavoz del Gobierno estadounidense indicó que para la administración de Barack Obama “hay muy pocas dudas de que el régimen sirio es culpable”.