Evan Henshaw-Plath, uno de los jóvenes que desarrollaron el prototipo de la famosa red social, conversó con Gestión.pe.

Evelyn Coloma
ecoloma@diariogestion.com.pe

Twitter está valorizado en casi US$ 8,000 millones. Evan Henshaw-Plath, uno de sus creadores, vendió todas sus acciones, al poco tiempo de finalizar el proyecto, en US$ 7,000.

Lejos de lamentarse, durante su visita en Lima, Henshaw-Plath se mostró relajado, jactándose de tener 15 años de experiencias en “fracaso de emprendimiento”, y motivó a los peruanos a unirse al mundo de los ‘start-ups’. Los emprendedores, asegura él, pueden cambiar el mundo.

¿Qué diferencia a un emprendedor tecnológico de otro empresario?
Uno no es emprendedor de high-tech porque quiere ser famoso y ganar dinero, sino porque puede generar nuevas instituciones. Crear nuevas formas para que la gente interactúe y se comunique.

¿No se preocupa por la autofinanciación del proyecto?
Yo abro negocios porque es una forma interesante de cambiar el mundo. Si quisiera ganar dinero, compraría una franquicia, como un McDonald’s, donde ya todo está definido y empiezo a trabajar. No sería tan difícil.

Entonces, ¿la incertidumbre global no es obstáculo?
Es necesario vivir con incertidumbre. Hay una frase de Silicon Valley que dice que ningún plan de negocio sobrevive el primer contacto con el cliente. Uno nunca sabe cuál va a ser el resultado. Todo es un proceso de hacer experimentos y aprender.

¿Cómo nació la idea de Twitter?
Cuando un proyecto es exitoso, venden la historia de que desde un principio se tuvo una gran idea. Es una buena historia, pero es mentira. Ni Facebook, ni Microsoft, ni Twitter nacieron como son ahora.

¿Cuánto ha cambiado desde su creación?
Mucho. En Silicon Valley usamos la palabra ‘pivot’ (giro) para designar a los cambios que tenemos que dar. Después de ir experimentos, se tienen que dar varios cambios de dirección, reorientar el proyecto.

¿Llega un momento en que es mejor abandonar el proyecto?
Yo abandono proyectos todo el tiempo. En la misma semana que creamos el prototipo de Twitter, desarrollamos otros diez proyectos. Poco después, los abandonamos. Tan importante como dar giros, es darse cuenta de que es mejor abandonar el proyecto. Pero es difícil.

¿Qué recomienda a los emprendedores peruanos?
Fijarse en las necesidades de su mercado. Empezar por analizar la situación del país y buscar soluciones para la demanda real, desarrollarlas y después pensar en una mayor expansión.

15/12/2011