Finanzas fáciles para menores de 18

Especial TU DINERO. Aprender a ahorrar y a gestionar el dinero supone un mayor desafío para niños y adolescentes. Lea los consejos para que, en estas fechas de vacaciones, sus hijos sepan cómo administrar su dinero.

Por: Redacción Gestion.pe

Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

Para niños y adolescentes la principal fuente de financiación son los adultos, más concretamente sus padres. El dinero que se les proporcione puede utilizarse tanto para caprichos como para asuntos más provechosos y es fundamental que aprendan a gestionar sus “finanzas”.

Aprender desde cero
Las ventajas de administrar bien el dinero no se enseñan en el colegio o el instituto. Se trata de una lección que se aprende de padres, abuelos o hermanos. Aunque impera el método de “prueba–error”, siempre se pueden tener en cuenta una serie de consejos para convertir a los pequeños de la casa en ahorradores natos.

Cada vez que un niño recibe dinero, debería tener claras tres ideas:
1. Puede gastarlo en el momento si quiere, pero tendrá que preguntarse si realmente necesita algo en ese instante.
2. Puede ahorrarlo para algún “capricho”, todo depende del objetivo que tenga a largo plazo.
3. Puede compartir el dinero: hacer un regalo, invitar a unos amigos, alguna donación…compartir les hará ser menos egoístas.

Presupuestos a medida
Establecer un presupuesto ayuda tanto a mayores como a pequeños. Supone fijar una meta que les ayude a avanzar. Si se acostumbra a los niños a gestionar su dinero fijando “objetivos”, pensando no a corto sino a medio o largo plazo, se generaran buenas costumbres que mantendrán en su etapa adulta.

Si tienen asignada una paga, los padres deben ser constantes. La cantidad y los plazos acordados no pueden cambiarse a la ligera. Ahora bien, esas condiciones seguramente deban cambiarse a medida que el niño y sus necesidades crezcan. Una paga fija le ayudará a organizarse desde que es pequeño.

Además, se puede animar al niño a lograr dinero por sus propios medios. “Remunerar” algunas tareas de la casa que realice o animarle a ayudar a vecinos o familiares hará que valore lo que cuesta ganar cada moneda que reciba.

De la alcancía al banco
Aunque lo habitual es que los niños guarden en una alcancía su dinero, abrir una cuenta de ahorro a su nombre es una buena opción. Muchos deciden hacerlo cuando sus hijos son recién nacidos, pero cualquier momento es bueno.

Estas cuentas tienen la ventaja de que no suelen tener comisiones, acaso la de mantenimiento, ni tarjetas asociadas. Tampoco suelen permitir que los jóvenes retiren el dinero hasta los 14 años. A partir de esa edad, es habitual que se empiece a plantear la aparición del “dinero de plástico”. Lo habitual es habilitar una tarjeta de prepago o a débito.

Los padres, los mejores gestores
Nunca se tiene que olvidar que los padres son los “asesores financieros” de sus hijos. Ayudarles a tener claro qué quieren hacer o comprar con el dinero que van a ahorrar y ser su apoyo cuando tengan la tentación de gastarlo antes de tiempo, es su misión.

Hay que recordar que cada céntimo, cada moneda, es importante. Por eso es útil que el niño esté pendiente de lo que gasta y lo que ahorra, tal y como pueden hacer los padres a través de Fintonic.com desde donde, además, podrán monitorear la cuenta de ahorro de sus hijos llevando un seguimiento exhaustivo de su patrón de gasto.

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