Depósitos o fondos mutuos, ¿qué me conviene?

Las condiciones que hicieron que los depósitos a plazo y los fondos mutuos ofrecieran en el 2016 retornos relativamente atractivos, no necesariamente se repetirán en el presente año. Por ello, antes de decidir en qué producto pondrá sus recursos, analice detalladamente las opciones que tiene.

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Por: Elizabeth García

El año que pasó, los rendimientos, tanto de depósitos como de fondos mutuos, tuvieron un tendencia alcista. Así, un depósito a plazo podía pagar una tasa anual de 8.5%, mientras que los fondos mutuos, en promedio, rindieron 10.6%.

Estas condiciones no necesariamente se volverán a dar este año. Por ello, antes de determinar en qué producto pondrá sus recursos analice las ventajas y desventajas de estos y elija uno que calce con sus expectativas.

El depósito a plazo es el producto tradicional de ahorro del sistema financiero. Sin embargo, hace algunos años han aparecido los fondos mutuos, como una alternativa de inversión para la persona de a pie, que le permite, con un mínimo de capital, tener exposición al mercado de capitales y con ello la posibilidad de obtener rentabilidad más alta.

El fondo mutuo, por sus características, puede ser el vehículo natural de tránsito para una persona que quiere pasar de ser ahorrista a inversionista.

El jefe de inversiones de Diviso Fondos, Paul Zevallos, explica qué tener en cuenta para determinar si conviene un depósito o un fondo mutuo.

La decisión, indica, dependerá de dos carácterísticas: capacidad para aceptar riesgo, y voluntad o tolerancia al riesgo como tal.

La capacidad de riesgo está dictada por el plazo al que decidamos invertir, las fuentes de ingreso que tengamos y, en algunos casos, la edad de la persona que quiera invertir, menciona Zevallos.

Asimismo, señala, hay factores emocionales que deben entrar a tallar cuando se evalúa una inversión.

“Algo tan simple como entender si podemos tolerar los vaivenes de mercado, o de repente no estamos muy cómodos si vemos que nuestra inversión un día sube y otro día baja” señala.

Depósitos
Si se tiene la certeza que, efectivamante, el dinero que se pone en un depósito no se va a necesitar en un año, se puede optar por tomar un depósito a este plazo, con una tasa de interés que en el mercado está alrededor de 6% y 6.5%. Al vencimiento, simplemente se recibe la plata con el interés pactado, refiere el ejecutivo.

En el mercado se encuentra ofertas interesantes en depósitos a plazo de uno, dos o tres años que dan tasas relativamente buenas, pero se tienen que contrastar con su desventaja, que en este caso es la liquidez.

Lo que se debe preguntar el ahorrista es: ¿qué pasa si retiro mi dinero antes del plazo pactado?

Si se pactó a un año y se rescata a medio año, necesariamente habrá una penalidad pues, al final, la tasa de interés será menor que la pactada inicialmente, advierte Zevallos.

Fondos Mutuos
Si una persona va a entrar a este tipo de productos y estaba acostumbrada a ahorrar a través del depósito a plazo tradicional, es mejor que vaya paso a paso, aconseja.

Lo más similar a un depósito a plazo es un fondo mutuo de muy corto plazo, agrega.

Esos fondos tienen una rentabilidad que es competitiva con la de un depósito a plazo y tiene la ventaja adicional de la liquidez.

Se puede disponer del dinero en cualquier momento, cosa que no sucede con el depósito a plazo fijo, precisa Zevallos.

Correr más riesgo
Si la persona se siente cómoda con este tipo de vehículos y su perfil de riesgo cambia, es decir, es más tolerante a ciertos riesgos de inversiones, podría explorar otras opciones.

Fondos más moderados de mediano plazo tienen un poco más de riesgo y, por ende, mayor rentabilidad, refiere.

“Se debe ir de manera escalonada; mentalmente la persona que sale de un producto tradicional de ahorro tiene que habituarse y entender los productos, y en la medida en que su situación económica y sus sesgos cognitivos y emocionales lo permitan, podrá optar por otro tipo de inversiones”, sugiere.

En algun momento, si la persona es más sofisticada podría tomar fondos más agresivos, inversiones propias en instrumentos de renta fija (bonos) o renta variable (acciones) en bolsa, enfatiza.